Niega privilegios en Bailando. Y dice que después de hacer Chiquititas aprovechó las oportunidades que se le presentaron en el exterior, pero que Argentina es su país
y siempre supo que volvería a trabajar aquí
Dulce, desparrama sencillez y tiene magia para todo lo que realiza. Para Raúl Lecouna es la nueva Natalia Oreiro y para otros, la nueva Penélope Cruz. En Italia se hizo popular con el mote de La Maradona del Pop.
Lola Ponce, desde Capitán Bermúdez y con tan sólo 30 años, conquista Europa y viene a Argentina por más. Actualmente está participando de ShowMatch donde se gana el aprecio del jurado y más de una vez engalana las noches con su voz en el programa de Marcelo Tinelli, con quien la relacionaron más de una vez (ver recuadro) aunque sin datos certeros. La actual soltería del productor y animador, se sabe, hace crecer los rumores, más allá de los pasos de comedia que se juegan en pantalla.
Trabajos, amores y su relación con el público europeo y argentino, su humildad para dejar de lado los conflictos televisivos y su profesionalismo para encarar cada proyecto que se le presenta marcan su presente
A pesar de todo, Lola se toma las cosas con naturalidad, demostrando gran madurez. Durante la entrevista derrocha simpatía y energía por los cuatro costados, ríe y habla rápidamente como si tuviera prisa por compartir con este medio todas las experiencias que le están cambiando la vida.
-¿Qué diferencias encontrás y cómo se maneja el mundo de la farándula en Europa y Argentina?
-En Europa es igual en ciertas cosas. Hay realities donde las personas adquieren un nivel popular de un día al otro con la exposición de 24 horas sobre la televisión. Como La Isla de los Famosos o algo así. Pero no deja de ser siempre un reality. Es algo que no sostiene ni el talento ni una carrera artística hecha con sacrificios. Son cosas inmediatas, pero eso siempre existió desde que el mundo es mundo.
“Allá respetan la intimidad”
-¿Y en cuanto al trabajo?
-En Europa, a diferencia de acá, existe más variedad. Uno puede elegir más. Hay un montón de personas que van adelante con su trabajo gracias al escándalo, como así también hay personas que van adelante sólo y exclusivamente gracias a su trabajo artístico. Nunca se mezcla la vida privada y respetan mucho eso, ése es mi caso. Gracias a Dios en diez años de construir una carrera artística increíble, el respeto hacia mí es enorme y siempre se habla exclusivamente de mi trabajo. Es más, hasta el día de hoy me dicen “Lola, qué increíble... nunca un escándalo, nunca nada”. Pero es mi forma de vivir la vida.
-El show que realizaste en Sicilia fue un “suceso”, según escribiste en la red social Twitter. ¿Por qué?
-Sí, increíble, es uno de los lugares más emblemáticos donde poder cantar. Lo que pasó con I Promessi Spossi (Los novios) se debió quizás a que es la historia de un romance que ellos estudian desde la primaria, secundaria digamos, y nunca estuvo hecho en opera rock, mató. Pero también en el San Siro (estadio de Milán) hubo veinte minutos de aplausos. Yo me emocioné hasta las lágrimas. Mi personaje es la monja, personaje que en el cine hizo Sofía Loren, así que para mí era una responsabilidad muy grande porque aparte era la única extranjera entre más de 45 artistas. Fue un escenario increíble y pasó lo mismo. Hicimos cinco shows en una semana y todos colmados. La verdad que es una opera increíble, va a salir ahora en octubre, la RAI va a trasmitir a todo el mundo lo que realizamos en el estadio de San Siro. En diciembre vamos a presentar la obra en Roma.
El tren del destino
-Gracias al programa ShowMatch tuviste mucha repercusión en Argentina. ¿Sentís que es una especie de revancha?
-No es que no triunfé en Argentina. Lo que pasó realmente fue que empecé desde muy chiquita, tuve mucha suerte de grabar mi primer disco, Inalcanzable, que me produjeron Joaquín Galán y Oscar Mediavilla. Hasta el día de hoy creo que es increíble. No explotó en Argentina, pero el primer disco es el que presenta al artista. Y yo lo amo. Lo que pasó fue paulatino. Hice Chiquititas en 1998 y de ahí me vino la posibilidad de poder ir a España. Entonces yo siempre dije que Argentina es mi país, voy a poder volver a trabajar cuando quiera porque es mi tierra donde nací y mis genes, pero era totalmente chiquita, tenía 18 años y estas oportunidades se dan una vez en la vida.
-¿Creés que estabas preparada para subirte a semejante tren?
-Si uno está preparado para sortear el destino y superar esas cosas, el arte y la música de nuestro país viajan. Puse toda la fuerza y, bueno, pasó lo que pasó, Notredame de París, la RAI que me empieza a contratar para hacer musicales, gané el San Remo en 2008, películas... Logré, gracias a Dios, fusionar el cine, el teatro y la música y no es que no volví a Argentina a trabajar. Fue porque no podía dejar todo lo que me estaba pasando, eran oportunidades que tenía que aprovechar. Como también aproveché la oportunidad de mi participación en ShowMatch. Vine a grabar dos películas y justo me llegó la propuesta de estar en el programa de Marcelo Tinelli y dije cómo no voy a estar en el show más importante que tiene Latinoamérica, es un modo de estar en las casas del público argentino, así que ahí estoy bailando, cantando y divirtiéndome mucho.
-¿Te ves como una finalista? Estás sexta en el ranking de preferencia del público de Bailando.
-¿Sexta? Guau (Se asombra). Qué buena noticia, no sabía. En realidad esto pasa también un poco por cómo me ves acá (en referencia a su participación en el evento de beneficencia en el hotel Alvear), yo creo que el arte, la música y el mundo del espectáculo tienen que ayudar. La solidaridad tiene que ser la moneda corriente, o sea, hacerlo todos los días. Y lo hago todo el tiempo, vengo acá para establecer una relación con los Sin Techo, para hacer shows, recaudar dinero para ellos. Lo hago muchas veces en otros países y ahora que estoy en Argentina quiero dar todo de mÍ. Lo mismo pasa en ShowMatch, estoy ayudando a un niño, Nico, que tiene 8 años y sufre una encefalopatía crónica. Esas son las cosas que realmente me movilizan y me preocupan. Es más, si me decís por qué sos artista, mi sueño es formar un nombre y que pueda ayudar siempre a los demás, por eso trabajo, si no no tendría sentido tanto sacrificio.
-Sos consciente que tenés muchas enemigas entre las famosas de ShowMatch por el tema de presuntos privilegios que te daría Marcelo. ¿Qué pensás al respecto?
-No es verdad, yo tengo una relación maravillosa con todos mis compañeros. Como en cada trabajo que hago tengo relación desde con el primero hasta la última persona. Interrumpe la nota porque quiere ver un show de bailarines del evento solidario Un Techo para los Argentinos.
“Somos todos iguales”
Instantes después prosigue: “Nunca aceptaría un trabajo si sé que voy a tener beneficios o privilegios. Soy una persona y una mujer que siempre apuesta a la igualdad en todos los casos y aspectos. Ahí adentro, desde el primero al último somos todos iguales”.
-¿Por qué creés que se dicen esas cosas, entonces?
-Que se inventen mentiras y calumnias sobre mí, creo que van paralelo al amor y el respeto que me tiene el público. No tenemos que meter a todos siempre en una misma bolsa. Recibo un respeto y un amor del público que me llena el alma y me hace siempre seguir adelante, nunca escucho las palabras necias ni me prendo en esas cosas. Jamás me voy a prender, me prendo solamente en el trabajo, en el hacer cosas para los demás y en el crecer como persona y artista.
-El particular guante en cada show da cuenta de que Lola está presente. ¿Por qué lo utilizás y qué significado tiene?
-Hace muchos años que lo empecé a usar. Cuando era chiquita me trajo buena suerte en el trabajo y en mi vida y los colecciono. Después de cada show hay uno que se lleva un poco de mi buena suerte y se va contento con él.
La bestia del pop está más allá de la envidia que le tienen y no está pendiente de los líos mediáticos. Si tiene dos minutos para decir algo va a tratar de transmitir un buen mensaje para la gente, ése es su corazón, ésa es la persona generosa de Capitán Bermúdez, ésa es Lola Ponce.
Eduardo Anisky