Ese templo fue donde hace 30 años el pontífice polaco celebró una misa ante más de 300.000 trabajadores, durante su segunda visita apostólica al país.

A 30 años de la visita al país de Juan Pablo II, el papa Francisco designó con el nombre de San Juan Pablo II a la capilla del Mercado Central , donde hace el pontífice polaco celebró una misa ante 300.000 trabajadores en el marco de su segunda visita apostólica al país.

El obispado de San Justo y la Corporación del Mercado Central rindieron este lunes un homenaje en ese predio del partido de La Matanza, donde el 10 de abril de 1987 Karol Wojtyla pidió por los trabajadores y las fuentes de trabajo.

El obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, presidió la misa y leyó el decreto eclesiástico en el que Francisco nombra como San Juan Pablo II a la capilla del Mercado Centra, según informó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).

"Es traicioneramente egoísta un sistema que priva a millones de hombres y mujeres de la dignidad de ganarse el pan y proveer a las necesidades de su familia. Este sistema está cometiendo un doble crimen, ante todo contra quienes desocupa, como si fuesen 'descartables', al negarles lo mínimo para afirmar y desarrollar su vida en plenitud; y al mismo tiempo, porque no tiene garantías de futuro un sistema que no puede ayudar a construir desde un presente digno la vida de quienes viven o sobreviven en él", advirtió.

"Los sistemas no nacen de la nada, lo construyen personas. A Jesús lo condenó el sistema político y religioso de ese momento y ese sistema tuvo nombres, rostros, personas que decidieron. Ningún sistema es etéreo, está formado por hombres y mujeres concretos, por tantos Judas, Pilatos y Herodes, que hoy tienen otros nombres, y son los que traicionan, se lavan las manos o son tibios. El egoísmo y la consiguiente traición están siempre agazapados y al acecho de nuestro propio corazón, y de la vida de nuestros hermanos", agregó.

"Se habla mucho de la grieta, yo prefiero hablar de heridas. La grieta si bien nos puede afectar está fuera de nosotros, la hacen otros. Las heridas son de todos", diferenció, y añadió: "Precisamos sanar las heridas de nuestros corazones, la herida del egoísmo, la herida de la ambición, la herida de la corrupción, la herida de la indiferencia, la herida del cortarnos solos, la herida de usar al pueblo, la herida de no reconocer que muchas de nuestras responsabilidades sociales no son eternas; como el sachet de leche o el yogurt tiene fecha de vencimiento; y por supuesto sanar la herida más grande de no ver las heridas. Que la traición no malogre la unción".

Seguir apostando al trabajo

El prelado afirmó que "hoy queremos honrar la memoria de San Juan Pablo II. El recuerdo siempre es bueno cuando nos compromete, nos ayuda a rencontrarnos, nos despierta y nos abre horizontes".

"Queremos seguir apostando al trabajo como la fuente de la dignidad de la persona y la única posibilidad de crecimiento de una sociedad sana. '¡Si no hay trabajo esa dignidad está herida! Cualquier persona sin empleo o subempleada corre, de hecho, el peligro de que la sitúen al margen de la sociedad y de convertirse así en una víctima de la exclusión social'".

"Esperemos que estos chicos no tengan que pagar las facturas de nuestras inconsistencias y malas decisiones siendo los próximos excluidos a menos que sus mayores hayan acumulado para siete generaciones"

  • Grabar

, expresó. Monseñor García enfatizó: "Toda persona necesita del trabajo para reafirmar su dignidad, y esto convierte al trabajo en un derecho. El trabajo es la base, pero no es todo".

Asimismo, precisó: "Los argentinos que tienen trabajo necesitan además una vivienda y la posibilidad de brindar educación y salud a sus hijos; éstas son las 'tres T' de la que nos habla el actual papa Francisco, y sólo desde aquí podremos alcanzar la tan nombrada 'igualdad de oportunidades'".

"Un pueblo que encuentra respuesta a sus derechos y necesidades es un pueblo en armonía y un pueblo en paz. Eso nos pidió Juan Pablo II hace treinta años y es, lo que en este día, le pedimos a él como santo, como intercesor: un corazón íntegro, un corazón generoso y solidario, que sucumba a la tentación de la traición egoísta y sea capaz de pensar en otros hermanos, en todos. A Dios se lo pedimos con urgente necesidad: un corazón nuevo para una nación nueva, donde todos vivan con esfuerzo, con alegría y con esperanza la vocación de transformar el mundo con el trabajo y desde el trabajo".

Participaron de la celebración eucarística el gerente general del Mercado Central, Fabio Fabri, y los directores por la provincia de Buenos Aires, Marcelo Espinoza, y por la Ciudad de Buenos Aires, Maximiliano Vallejo, además de dirigentes gremiales y comunales.

Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2021-110619619-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados