Al mismo tiempo en que la selección mayor atraviesa un proceso de refundación que puso en licencia a varios históricos -la vuelta de Lionel Messi fue toda una novedad tras el fracaso de Rusia-, los juveniles parecen haber logrado encarrilar la marcha añorada. En los últimos meses, las Sub 15, 16, 17 y 20, fueron protagonistas y cumplieron los objetivos planteados.
Con el título alcanzado el lunes, la Sub 16 se consagró en Francia, en el torneo de Montaigú. Si bien es un certamen menor y no tiene la contundencia de un sudamericano o mundial de la categoría, vuelve a poner a un equipo juvenil argentino como protagonista.
La Sub 15 hizo lo propio en Croacia, en otro torneo de similares características y en otro lugar del mapa con la misma idea de juego, formación y proyección de réplica. Que no tenga el peso de FIFA para el medallero, no le quita el carácter que impregna: los chicos -que cuando se juegue el próximo mundial tendrán 18 o 19 años- se están acostumbrando a ganar con la camiseta Argentina.
Para quienes menosprecien las características de ambos torneos, hay otros. La sub 17 consiguió quedarse con el torneo sudamericano recientemente disputado y el Sub 20 fue subcampeón del mismo certamen, en su categoría, y ambos clasificaron para los mundiales.
Estas camadas, tendrán entre 23 y 21 años cuando se dispute el mundial en Qatar, el último que jugará Messi.
El director técnico de la Mayor, Lionel Scaloni, conoce el paño de los juveniles. Dirigió a algunos y aunque deberá rendir en la próxima Copa América, tiene en su cabeza un mapa con muchos detalles de lo que tiene a mano: desde Messi o Sergio Agüero a Tomás Kunmer de sub 15 y Talleres de Córdoba, o a Agustín Urzi, sub 20 de Banfield.