Un animal de compañía o mascota es un animal doméstico conservado con el propósito de brindar compañía o para el disfrute del poseedor. A diferencia de los animales de laboratorio, crianza o ganado, etc., los animales de compañía no son conservados para traer beneficios económicos o alimenticios.
Los animales de compañía son seleccionados por su comportamiento y adaptabilidad y por su interacción con los humanos, en la que posiblemente se utilicen como herramientas de caza o seguridad. Se cree que el tener una mascota puede traer a la salud consecuencias tanto positivas como negativas. Las mascotas más populares son el perro y el gato.

El origen de la domesticación animal se estableció alrededor del año 9000 a.C. en el suceso de la sedimentación humana conocido como revolución neolítica. Se comenzó a utilizar a los animales con propósitos alimenticios, pero tiempo después se descubrió que podían ser utilizados como herramientas de caza, adoptando un valor más productivo como tales que como alimento. Los animales fueron constantemente relacionados con la identidad de las diferentes clases sociales en la historia, ya que la capacidad económica permitía tener valuadas y exóticas especies de animales y plantas.

El origen de la domesticación es inexacto, pero se cree que comenzó cuando el ser humano se dio cuenta de que necesitaba establecer lazos entre él y la naturaleza para su supervivencia y desarrollo. Se estima que los perros, una de las primeras especies animales domesticadas, han sido criados como mascotas por alrededor de 10.000 años. Alrededor del año 3500 a.C. comenzó la domesticación de gatos en Egipto.

Popularidad
Un gran porcentaje de la población mundial tiene mascota: se estima que tan sólo el 62% de la población de Estados Unidos tiene un animal de compañía. Las mascotas más populares alrededor del mundo son los gatos, en cualquier variedad de la especie.

Tener una mascota es frecuentemente traducido como una adquisición de responsabilidades en la que se le debe brindar al animal todo lo necesario para su correcto desarrollo. Para el cuidado de una mascota se necesita una correcta alimentación y un constante cuidado que le evite algunas enfermedades, además de cuidado médico y la imitación de su ambiente natural.

Tener un animal como mascota puede traer efectos positivos en la salud humana. El descenso de la presión arterial alta y de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre son efectos físicos positivos que puede traer tener un animal de compañía. La interacción social que involucra tener una mascota ha demostrado una respuesta positiva al estrés mental, la depresión y los sentimientos de soledad, desembocando en un efecto placebo, que mejora la salud del poseedor.

Zoonosis
Entre los efectos negativos en la salud por causa de un animal de compañía se enumeran principalmente las respuestas respiratorias y cutáneas de alergias y asma. Otro posible riesgo es el ataque de la especie que se tiene como mascota (mordidas, inyección de veneno, zarpazos, etc.). También se debe tener en cuenta el temor o fobia hacia determinada especie. Además, pueden adquirirse varias enfermedades por patógenos transmitidos a través del contacto animal, como la enfermedad por arañazo de gato, infecciones estomacales, la ornitosis adquirida por el contacto con algunas especies de aves y la salmonelosis.

Las especies domésticas son aquellas especies de animales que se han adaptado a los factores ambientales en los que habitan (caseros), siendo innecesaria la reproducción exacta de las condiciones de su ambiente silvestre para su supervivencia en un ambiente hogareño. Los mamíferos y las aves son animales más domesticables por su gran adaptabilidad, a diferencia de algunos reptiles, que requieren un entorno en el que se imiten las condiciones de un desierto o una selva, o los peces de agua salada, que requieren que se imite un ecosistema marino.

Se reconocen distintas especies animales que pueden ser conservadas como mascotas; sin embargo, puede haber respuestas legales (dependiendo el país o estado) que involucren el tráfico de especies protegidas. Existen diferentes especies domésticas y salvajes que han sido adaptadas como mascotas.

TIPS
-Las especies salvajes o exóticas son un conjunto de especies animales que requieren de una rigurosa imitación de las condiciones normales de su hábitat natural para su conservación en un ambiente hogareño.

-5.500 años domesticados llevan los gatos, que fueron los segundos animales en ser considerados de compañía, aunque hasta el día de hoy no perdieron sus instintos felinos, como el perro no perdió su instinto original de lobo.

NO SON JUGUETE
-Algo que deben aprender los chicos es que un animal en casa no es un juguete, debe saber que debe prestarle atención, alimento, abrigo, juegos, etc., y que es un ser vivo que merece amor, respeto y cuidados.

El mundo de hoy: mascotas virtuales
De manera similar a una mascota se han desarrollado diferentes artículos de ocio, dispositivos electrónicos y software que imitan el comportamiento natural de un animal o su apariencia, pudiendo ser adoptados como un falso animal de compañía. Algunos juguetes de felpa o cadáveres animales disecados pueden ser tratados como mascotas. En la década de los setenta salieron a la venta rocas que eran vendidas como “mascotas”: el producto fue llamado Pet Rock.

En el mercado existen diferentes dispositivos electrónicos y software que imitan el comportamiento de un animal, e incluso robots humanoides para ser tratados como mascota. Otros dispositivos en el mercado son específicamente diseñados para suplir una mascota real; tal es el caso de Aibo, Furby, Zhu Zhu Pets, FurReal Friends y Pleo. Otros son programas computacionales que imitan las necesidades de una mascota real, como Neopets, Tamagotchi y Nintendogs.

Un efecto muy extraño (no se puede saber que tan normal o anormal, es...) produjeron, por ejemplo la proliferación del juguete llamado Tamagotchi, un objeto un poco más pequeño que un huevo y que no sólo los chicos tenían como “mascota”.

El aparatito era un “chico” al que había que darle de comer, bañar, en fin, atenderlo en general y si era desatendido llegaba a morir... No fueron pocas las personas que, inmediatamente a la “muerte” del tamagotchi terminaron en crisis que los condujeron a los divanes de diversos psicoanalistas.

De todos modos este tema no dejó de provocar polémicas debido a que mientras por un lado estaban quienes criticaban esta clase de mascotas que, en realidad eran un montón de circuitos y una pila, otros sostenían que eran útiles como formadores de conciencia de los más chicos en el plano de la responsabilidad: aprender a cuidar la vida de otro.


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