Hay pocos espectáculos tan llamativos como observar miles de aves, muchas veces de diferentes especies, cruzando el cielo en una línea continua que abarca cientos de kilómetros de extensión, todas dirigiéndose hacia un mismo lugar. Los investigadores lograron determinar que el hábito de migrar fue adquirido luego de un proceso evolutivo que llevó millones de años.
Numerosas especies de aves desaparecen de sus zonas de reproducción durante las etapas más crudas del invierno, para reaparecer en el verano desarrollando sus actividades nuevamente con normalidad. La investigaciones que se realizaron durante mucho tiempo, lograron conocer que estas aves, al desaparecer de las latitudes donde las temperaturas son extremas no morían o hibernaban, sino que viajaban, en muchos casos miles de kilómetros en busca de regiones con mejores climas y abundancia de alimento, que les permitieran sobrevivir.

Así es como se conoce a la migración, a los movimientos poblacionales que realizan las aves, a veces a grandes distancias, de manera cíclica, generalmente coincidiendo con las estaciones del año o con la abundancia de algún tipo de alimento.

Las investigaciones lograron determinar también que el hábito de migrar fue adquirido luego de un proceso evolutivo que llevó millones de años. También lo hacen otros grupos de animales como los peces, las ballenas, varios insectos y los murciélagos.

Algunos ornitólogos afirman que la migración se originó como una adaptación a ambientes extremos, cuando algunas poblaciones sobrevivían al mudarse de lugar durante las etapas de mayor escasez de alimento y clima más riguroso.

Lo cierto es que esta conducta se desarrolló en una gran cantidad de especies que habitan en las latitudes extremas del norte del Hemisferio Norte y más meridionales del Hemisferio Sur. Se calcula que 589 especies de aves en Eurasia y alrededor de 200 en Norteamérica son migratorias.

Ritmos fisiológicos
La época de la migración está muy bien determinada dentro del año, y generalmente está asociada a ritmos fisiológicos internos de las aves, porque se llevan a cabo en ciclos de un año, de manera que muchas veces los tiempos de partida y llegada de las poblaciones migratorias solo varían en unos cuantos días de un año a otro.

Por lo general, las aves sufren cambios fisiológicos en relación con la duración de los días, la presencia de algunas variaciones del ambiente como las lluvias o los vientos estacionales y, de manera indirecta, con la finalización del ciclo reproductivo. Todo esto les produce un estado de hiperactividad que se conoce como inquietud migratoria. Es algo así como una necesidad, y significa que las aves se encuentran intranquilas y duermen poco durante la noche. Además, las especies migratorias empiezan a comer en exceso y a acumular grasa en sus músculos pectorales, el dorso, las axilas y el abdomen, y es el combustible necesario para realizar sus largos viajes, ya que muchas veces las rutas migratorias cruzan grandes extensiones de agua, y las aves no se detienen a comer hasta que llegan a su destino. Por eso pierden, a veces, hasta casi la mitad de su peso durante el viaje.

Hay pocos espectáculos tan llamativos como observar miles de aves, muchas veces de diferentes especies, cruzando el cielo en una línea continua que abarca cientos de kilómetros de extensión, todas dirigiéndose hacia un mismo lugar. Son famosas las migraciones de aves rapaces que cruzan Israel rumbo al África o el sur de México rumbo a Sudamérica. Esto indica que las aves migran siguiendo caminos o rutas muy precisas, las cuales son utilizadas por miembros de diferentes órdenes y que siguen, por lo general, alguna característica importante de la superficie terrestre, como la cuenca de un gran río, una cadena montañosa o la costa; estas rutas ofrecen condiciones favorables y poca probabilidad de disturbios atmosféricos que las desvíen.

La ruta migratoria que las aves siguen para regresar a sus terrenos de reproducción puede ser diferente de la que usaron para llegar a los sitios de invernación. Esto sucede en gran parte porque las condiciones ambientales son distintas en las diferentes estaciones del año. También puede variar el sitio de invernación dependiendo del clima.i

TIPS
-Unos 90 kilómetros por hora, o incluso más, es la velocidad que suelen alcanzar las palomas mensajeras en sus viajes, y vuelven al palomar desde distancias superiores a los 700 kilómetros.

Cepillado con regularidad
-El pelo del perro se debe cepillar con regularidad. Esto varía según el tipo de pelo que tenga el animal, ya sea corto o largo, y es fundamental para que se mantenga sano.

¿Juguetes especiales?
-Los perros tienen que disponer de juguetes especiales para ellos, al igual que los gatos, ya que de no tenerlos, cuando se aburren rompen objetos que no deberían tocar.


Son verdaderas maestras de la navegación
La distancia que algunas aves tienen que recorrer para llegar a su destino muchas veces son enormes. Algunas aves realizan sus viajes sin parar, aprovechando sus reservas de grasa y sus energías al máximo. Las aves son maestras de la navegación. Para poder llegar a su destino necesitan conocer la dirección en la que deben volar, por eso tienen que orientarse, y además ser capaces de reconocer el sitio final. Para hacerlo, utilizan básicamente tres brújulas: el magnético, las estrellas y el sol. Algunas especies se ayudan también por los sentidos del olfato, el oído y la vista.

La parte más difícil de la migración es el viaje. Las aves tienen que enfrentar numerosos peligros durante su travesía, como fenómenos atmosféricos impredecibles, huracanes o tormentas, que las pueden alejar de su ruta y provocar muertes masivas. Sin embargo, en un viaje normal, es necesario saber perfectamente la ruta que las llevará a su destino final y la manera de llegar a él sin salirse de la ruta.

Saber cómo se orientan y navegan las aves ha sido un misterio, por eso una gran cantidad de científicos, mediante investigaciones lograron determinar algunos parámetros.

Existen aves que solamente viajan de día; otras migran exclusivamente de noche y también existen grupos que lo hacen de día como de noche. Se conocen varios mecanismos mediante los cuales se guían. Uno es utilizar marcas del terreno fácilmente reconocibles, como montañas, ríos, praderas y valles. Las aves que lo hacen por primera vez van acompañadas por adultos que ya conocen el camino, y son también capaces de aprender las marcas de la ruta. Se cree que las aves son también capaces de reconocer visualmente algunos fenómenos de la atmósfera, por ejemplo ciertos cúmulos de nubes. Sin embargo, las estrellas y el Sol son las guías más importantes de las aves durante sus viajes, como también otros mecanismos como determinados olores y cambios de la presión atmosférica, que algunas aves son capaces de detectar.

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