El diputado Máximo Kirchner se solidarizó ayer con su par Martín Lousteau ante las agresiones sufridas en las adyacencias del Congreso, pero advirtió sobre una doble vara y recalcó que a diferencia del ex ministro de Economía, él “nunca” tuvo la “suerte de tanta solidaridad”.
“La verdad que yo me solidarizo con vos, Martín. La verdad que sí”, expresó el líder de La Cámpora al plantear una cuestión de privilegio durante la sesión. No obstante, destacó que no hubo en el ambiente político la misma respuesta masiva de solidaridad ante episodios de violencia que sufrieron integrantes de su familia en el pasado.
“A mí me tocó pasar violentísimos cacerolazos... Ver cómo festejaban la muerte de Néstor el 27 de octubre del 2010”, recordó.
Al respecto, señaló: “Nosotros pasamos del 25 de mayo del 2003 intensas y masivas marchas frente a la Plaza de Mayo y la orden siempre fue no reprimir, e incluso cuando fue el 8N, tantos cacerolazos que hubo, donde también se agredió también a muchos periodistas por cómo pensaban, de ver la imagen de Cristina colgada”.
También trajo a colación el ataque que sufrió la residencia de la gobernadora santacruceña Alicia Lousteau en Río Gallegos, quien en aquella oportunidad se encontraba junto a la ex presidenta Cristina Kirchner y la hija de Florencia Kirchner.
“A mí me ha tocado que se dijera cualquier cosa, que se estigmatice. O cuando festejaban el escrache a (Carlos) Zannini arriba de un avión. Tampoco escuché tanta gente que se pusiera tan mal. O dos o tres meses atrás con la madre de mis hijos”, señaló.
“Usted imagínese que mi hermana está en una causa y se le dice que integra una asociación ilícita a partir del 27 de octubre del 2010, el día que murió el padre. Que no estaba en el país aparte. Y sin embargo damos la cara todos los días y no andamos llorando por todos los lugares. Yo no recorro los programas de TV ni hablo mal de nadie todo el día”, indicó.