Pieza fundacional del rock argentino, el bajista lleva cincuenta años en la escena local y, además, su trabajo solista llegó a Hollywood. El amor por el escenario y el recuerdo de los años negros
Si existiese el manual del rock argentino, en el prólogo ya estaría escrito Manal y en consecuencia Alejandro Medina -quien seguiría apareciendo en las páginas sucesivas- tendría un rol protagónico. Es el bajista no sólo de aquel trío, sino que formó parte del colectivo ecléctico que fue La Pesada del Rock, del poderoso Aeroblus y uno de los pocos argentinos que llevó su música, con un tema compuesto para un álbum propio y no para la banda de sonido, a Hollywood. Antes de que termine el año, saldrá un box set de lujo de Manal, que incluirá un show en vivo registrado hace un año. "Está bien que, ahora que somos abuelos, tengamos fotos en color: Manal fue siempre en blanco y negro. Nos debíamos esto, no tuvimos la oportunidad de Los Gatos y Almendra del color", compara en una entrevista con Diario Popular.

l ¿Contento entonces con la versión siglo XXI de Manal?
-Sí, la preparación fue en secreto, se ensayaron 14 días dos cámaras HD para el documental. Pero también me pasó una cosa bárbara: Will Smith eligió Corazón de Piedra (de su disco Yo Soy, 2011) para su película Focus y el tema se vende en todo el mundo y te llegan reconocimientos, saludos y respetos de Estados Unidos, Bélgica, Corea...

l Eso trasciende a Manal, eso es exclusivamente tuyo...

-¡Soy yo! Fue impresionante, la gente escribe que empezó a hacer click en mi historia y que siguiendo lo que hice conocieron al rock argentino, que no tenían idea que fuera maravilloso. Esas cosas matan, son muy fuertes.

l ¿Cómo te llevás con las generaciones más jóvenes?


-(Interrumpe). Genial. El genio de (Javier) Malosetti me dice "papá". El genio de Diego Arnedo, lo mismo. ¿Cómo me van a decir papá?

l ¿Con quién no te llevás?

-Con alcohólicos y drogones...

l ¿Por qué?

-No tienen conducta. Te podés morir tomándote cinco gramos de cocaína o tomándote en una noche siete litros de champán. Son unos boludos, después no sirven.

l ¿No te sentiste en ese lugar alguna vez?

-(Piensa) No. He pasado momentos divertidos pero me he recuperado. Soy profesional, toco de muy joven y tal vez alguna vez subí en pedo e hice alguna cagada. Pero yo toco dos horas y media en mis shows, con temas de Manal, de La Pesada, de Aeroblus y tengo la camiseta seca: estoy más limpio que un bebé recién nacido. El mejor lugar del planeta es arriba del escenario, ahí me siento muy bien.

l Te sentís querido, entonces.

-Sí, yo no le hago mal a nadie, no le debo plata a nadie... no le pego a nadie.

l Eras bravo, igual...

-¡Soy! Soy un tipo muy fuerte. En la parte interna soy muy fuerte. A veces con energía paro un quilombo gigante contra cinco o seis tipos y los paro con energía. Un loco...

l ¿Cómo es eso?

-No sé, es algo automático. Eso me lo da la música. Los músicos viejos, que estamos vivos y que seguimos tocando y haciendo magia, estamos en otro lugar.

l ¿Te pusiste a pensar cuántos años pasaron?

-Yo te puedo contar la historia contemporánea, la vi personalmente. Desde los aviones que pasaban arriba de mi casa para ir a bombardear Plaza de Mayo cuando tenía 4 años; cuando se llevaban a mi tío de casa, mi familia toda peronista militante, y yo en el patio con mi abuelita que me tenía de la mano y veía cómo apuntaban de los techos a mi casa. Te chupaban, loco, por cualquier cosa. Si tenías suerte zafabas. Yo tuve suerte, me chuparon en el '77: del 7 de agosto al 12 de agosto. La pude contar.

"Sueño con la cara de Pappo..."

l Eras amigo de Pappo. ¿Lo extrañás?

-El batero de Aeroblus (el brasileño Rolando Castello Junior) me llamó que quería tocar acá, que le consiguiera un barcito. Le propuse a Chizzo hacer un tributo y me dijo que no podía "hacer" de Pappo. Le dije que no iba a ocupar su lugar, que tocara respetando los arreglos y lo tranquilicé diciendo que Pappo iba a estar en el show.

l ¿Y estuvo?

-La gente con sus teléfonos hacía fotos y videos y con los contraluces se veía la cara del Carpo. Después el tipo estaba en todos lados.

¿Cómo es esa conexión con Pappo?

-Tengo una foto de nosotros dos en los '90 que nos estábamos cagando de risa y soñé que hablábamos, lo llamaba y se reía, se cagaba de risa como se reía él y me desperté. Otras
veces soñé con él, que estaba mal, pero después empecé a soñar con su cara y eso quiere decir que ya empezó su camino luminoso.


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