Mirtha dice que quiere a su ex empleada pese a todo
Un día antes de la presentación a la prensa del unitario La Dueña, que marca el regreso de Mirtha Legrand a la ficción, su asistente personal Lina Rosa Díaz denunció a la diva por pago del sueldo en negro y le inició una demanda reclamándole entre 600 y 800 mil pesos por los 21 años de trabajo asistiéndola en sus programas de TV y trabajando a domicilio. En la noche de la gran fiesta, la conductora se refirió al tema y aclaró que “Lina es empleada del canal, no mía. Está muy mal asesorada por sus abogados, yo pongo las manos en el fuego por ella, yo la quiero y ella me quiere a mí”. Pera estas palabras de afecto y cariño no calaron en Lina y un día después de la fiesta volvió a arremeter contra la diva: “Si ella dice que me quiere, entonces que haga lo que tenga que hacer porque las palabras dicen una cosa y los papeles otra. Pido lo mío, no quiero regalos ni una contribución”.
Justo cuando volvía a la TV La felicidad de Mirtha por volver a la ficción se opacó por la inesperada demanda judicial, que tomó estado público, de una de sus asistentes de confianza. A la mañana siguiente de la presentación de La Dueña, Lina apareció en el programa Desayuno Americano (sin la presencia de su conductora Pamela David) con sus tres abogados laboralistas en América, el canal en el que trabajó en los últimos años con los almuerzos. Allí Lina una vez más aclaró: “A mí el sueldo me lo pagaba la señora. El sobre me lo daba Elvira (la mucama de años de La Chiqui). Yo pasé por varios canales en los 21 años, entre ellos, Canal 7, Canal 9 y América, y en los dos últimos años cobré 4.000 pesos. Si yo faltaba, me descontaban el día. Es así el sistema de la señora. Eso lo saben todos, los técnicos y productores”. Según los abogados, el estado actual de la causa se encuentra en el curso telegráfico y se le radicó una denuncia a Mirtha Legrand en la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos): “No tengo obra social ni aportes jubilatorios. Yo tengo 49 años y me cansé de esperar. Cada vez que le pedía a la señora que regularice mi situación laboral, ella cambiaba de tema”. Cuando los periodistas (Toti Passman y Martín Ciccioli) de Desayuno Americano le preguntaron por las emociones y lo afectivo tras 21 años de trabajo, Lina señaló una vez más que “yo reclamo lo que es justo. Yo sé que Mirtha habla muy bien de mí, le dice a todos que le sirvo bien, que tiendo bien la cama y que cocino muy bien. Yo permanecí a su lado pese a mi salud. Cuando quedé embarazada de mi hija Lilian, era un embarazo de riesgo y trabajé hasta el último día. Lo que pasa es que ella está acostumbrada a que la gente le diga todo el tiempo que es una divina”. El jueves pasado, tanto Elvira como el chofer Marcelo retrucaron a Lina y afirmaron que ellos no tienen problema laboral alguno con la diva de los almuerzos: “Yo no tengo problemas”, dijo Elvira, y se refirió al chofer -según contó ayer el movilero de Desayuno Americano, Rafael Juli-: “El me dijo que tiene todo en regla”. Pero Lina, en su raid mediático, señaló que los dos “están en la misma situación laboral que yo. No están en blanco”.
Trabajó hasta el domingo Al cierre de esta edición, Mirtha Legrand no salió al cruce de las declaraciones de Lina, quien entró en más detalles sobre la relación laboral en diversos ciclos, como el vespertino Infama, donde un graph decía: “Reclama 660 mil pesos”. En la fiesta de presentación de La Dueña, la orden de los agentes de prensa era que ningún periodista preguntara sobre la situación de Lina, pero minutos antes de su retiro la diva se abrió a los medios y señaló: “El domingo vino a trabajar a casa y después ella salió por los medios”. Lina al otro día siguió en su combate contra ella y contó que era “una patrona exigente, no podías faltar aunque estuvieras enfermo”.