Es que "
Sardinista" es mucho más que un álbum de rock más: es nada más y nada menos que una
ópera rock. Y, valgan las redundancias, eso es mucho en tiempos donde no muchos llevan adelante proyectos de ese calibre, y donde pocos escuchan discos enteros.
Por eso, y con la excusa de la reciente salida de la placa en cuestión,
DIARIO POPULAR charló en exclusiva con el bajista, cantante, guitarrista, compositor, letrista, escritor, Cadillac... y mucho más.
A continuación, la entrevista:
-¿Cómo surgió la idea de hacer una ópera rock como es "Sardinista"? Fue por las ganas y el deseo, desde hace muchísimos años, de concebir un disco que sea una ópera rock. Parto del deseo. Era vincular mi faceta como escritor literario con la música. Yo siempre invito a la gente a que se acerque al formato físico de "Sardinista", porque en en el booklet está la historia, el argumento que soporta a la música.
-¿De dónde surge tu inquietud por contar historias y escribir, tanto en canciones como en obras literarias? Surge de muy chico. Provengo de una familia lectora. Me crié viendo a mis abuelos y a mi mamá leer. No era un entorno exageradamente intelectual. Era una simple familia de clase media con libros, y con pasión por la lectura. Mi abuela no terminó ni la primaria, pero yo crecí viéndola escuchar música clásica en la radio y leyendo mucho. Teníamos muchos libros y no tantas otras cosas para entretenernos o pasar el tiempo. Estoy criado en Mar del Plata y sólo había dos canales de televisión con un horario determinado. Entonces leí mucho de chico. No considero que la lectura debería ser de un gueto intelectual cerrado. Me llama bastante la atención la gente que no lee, porque encuentro tan entretenido a los libros, y hay tanta variedad... Hay terror, guerra, sexo, romance, amor, desamor, perversidad, bondad... Creo que por todos los gustos que me he dado leyendo me he puesto a escribir.
-Hay varias y muy buenas óperas rock en la historia de la música. ¿Te inspiraste en alguna? Muchas me han marcado. Yo soy un gran fanático de The Who. Ellos son uno de los motores inspiradores de esta obra. "Tommy" y "Quadrophenia" me marcaron a fuego. Hay discos conceptuales que también me marcaron. Yo escuchaba Alan Parsons Project, y me gustaba mucho un disco de él que se llamaba "Historias de Misterio y Fantasía de Edgar Allan Poe". Ese lo tenía en vinilo cuando era un adolescente y lo escuchaba. En el disco jugaba con sonidos y ruidos como de criptas, y después también tenía algo más pop. Jugaba con un pop medio "floydeano"; no nos olvidemos que él fue el ingeniero de sonido de "El Lado Oscuro de la Luna". Ese disco fue una de las grandes inspiraciones para "Sardinista".
-Hacer una ópera rock es muy ambicioso, no sólo desde lo artístico, sino también debido al presente que vivimos, en el que no sólo casi no se compran discos sino que cada vez se escuchan menos discos completos. ¿Pensaste en esto antes de encarar "Sardinista"? Pensé en todo lo que vos decís y por eso lo encaré así. Me parece que en el arte el capricho rinde y gana. Cuántas genialidades, avances y vanguardias de los genios que he escuchado y leído van en contra de la corriente... A mí me pareció muy divertido e interesante proponer un disco así en tiempos donde se va extinguiendo el concepto de escuchar un álbum entero. Si querés podés escuchar un tema solo, o temas sueltos, pero invito a que el disco se escuche entero. A mí si una sola persona viene y me dice que escuchó el disco y comprendió la historia, para mí ya vale todo el esfuerzo. Estoy muy agradecido a Sony Music. Creo que por mi trayectoria sacan un disco así, a lo que ellos ya no están acostumbrados. Porque es un disco caprichoso, y lo digo protegiendo mi disco, no como una crítica.
-El disco tiene un sonido bastante punky y el título hace alusión a "Sandinista" de The Clash. ¿Qué representa para vos el punk y The Clash hoy, a tus 51 años? El punk rock es uno de los géneros más utilizados en "Sardinista", pero no es el único. Hay momentos épicos y medio setentosos también, más grandilocuentes. A mí me interesaba mucho que esta ópera rock tuviera una impronta punk, porque es un elemento si se quiere hasta antagónico para una ópera rock. Y los Clash son una gran influencia que trasciende a la música. Los Clash marcaron en mí un camino artístico a seguir, que tiene que ver con romper todo tipo de barreras. "Haz el estilo que quieras hacer, vuélcalo como puedas y como quieras".
-Vengo notando que en comparación con tus primeros discos y proyectos solistas, retomaste progresivamente los elementos más punk y ska que tenían Los Fabulosos Cadillacs en sus comienzos, a diferencia de los últimos discos de los Cadillacs, que tenían una mezcla de estilos y géneros muy compleja y trabajada, y los primeros solistas tuyos, que tenían un tinte más rioplatense, con el cual se te asocio mucho en su momento. ¿Por qué decidiste volver a los estilos musicales de tus inicios en la música? Yo hice muy entusiasmado "Cachivache", un disco en el que rendí un homenaje a lo rioplatense, que me venía gustando muchísimo en ese momento. Y ese disco como que concluyó esa etapa, no sé por qué. No lo puedo explicar fríamente, pero fue un ciclo que concluyó en mí. La decisión fue por la necesidad de transitar cada disco por donde me gusta o donde quiero ir. Creo que "Sardinista" asocia en sus matices todo lo que se puede haber escuchado de mí.
-Siempre fuiste un tipo muy ecléctico. Tocaste muchos géneros y estilos con los Cadillacs, grabaste un disco con Ricardo Iorio que mezcla heavy metal con folklore, ahora mismo estas tocando metal con De La Tierra... ¿Te gustaría abordar un género o estilo que todavía no hayas abordado? La clase de músicos como yo, que tenemos un poco la filosofía "clashiana", los que derribamos fronteras estilísticas o de gustos, ya vemos a la música simplemente como música. Y está la que me gusta, la que no, y la que puedo tocar y la que no. Entonces, para mí, más allá de estar buscando qué hacer y qué no hacer, cualquier género que se me ponga adelante y que yo tenga ganas lo voy a sobrellevar. En el caso de De La Tierra, para mí es un honor poder tocar metal y aprender con dos legendarios del género como Andreas Kisser y Andres Giménez. Pero yo veo a De La Tierra como música, no sólo heavy metal.
-Decís que hay música que podés tocar y otra que no. ¿Qué tipo de música sentís que no podés tocar? En un momento de mi vida me sentí muy apasionado con el jazz, y en un momento me di cuenta que no podía tocarlo.
-Pero yo escucho "Fabulosos Calavera" y "La Marcha del Golazo Solitario" y ambos tienen cosas jazzeras, al igual que tu manera de tocar en algunas canciones de esos discos... Es que cuando me di cuenta que no podía tocar jazz, yo quise una vuelta más. Entonces, a los 30 años me puse a estudiar con Javier Malosetti. Pasé 4 años maravillosas estudiando música, mucho más allá del bajo: música. Tuve el privilegio de estudiar con Javier, que en esa época enseñaba y nunca más lo hizo, porque después le fue bien, lo cual me alegra. Él siempre me decía que era su mejor alumno. Y me lo decía no por virtudes o por quién era yo, sino porque todas las semanas hacía la tarea. Por primera vez en mi vida, porque siempre fui muy vago para estudiar, encontré la pasión de hacer los deberes, porque me estaban nutriendo. Y entonces ahí yo pude llegar al jazz. No sé hasta qué nivel, pero pude conocerlo y tocarlo, modesta y humildemente. Pude entender algo. Y eso se vislumbró en esos discos.
-Más allá de que me parece que tuvieron una carrera increíble, tanto a nivel artístico como en cuanto a repercusión, creo que los Cadillacs, a diferencia de muchas bandas, llegaron a una madurez notable y se separaron en un momento musical muy alto. ¿Cómo ves a la distancia esos últimos discos de la banda? Siempre lo nuestro pasó por experimentar. Empezamos siendo una banda de ska, y sigo amando el ska y me sigue pareciendo maravilloso. Después, intuitivamente, nos dimos cuenta que el ska se podía mezclar con lo latinoamericano. Pero tampoco éramos una banda de salsa, porque siempre tuvimos al punk rock dando vuelta. Somos una banda post punk o new wave en cierto modo. Además de esos dos discos, a mí me gusta mucho "El León". Creo que trascendió. Cosechó mucha credibilidad y muchos se dieron cuenta que no éramos unos gordos giles divertidos. Lo cual tampoco me molesta en absoluto... Yo no me detengo como otros artistas en ese tipo de discos, que piensan que después de sus quizás mejores obras no pueden hacer más nada. A mí no me importa que el próximo disco sea una cagada. Quiero seguir haciendo discos y los voy a seguir haciendo. Que no los igualen no me interesa. Siempre celebro el hacer antes que el no hacer.
El presente de Los Fabulosos Cadillacs-¿Cuál es la actualidad de los Cadillacs? Estamos componiendo muchísimo. Nos estamos juntando bastante , y muy íntimamente, Vicentico y yo. Pronto algo ya va a salir a a la luz. El año que viene.
-¿Van a hacer un disco con todas canciones nuevas? No sabemos todavía. Estamos haciendo algo interesante entre los dos. Estamos en muy buena sintonía y pasándola muy bien. Viviendo gratos momentos. Ya vamos a ver cómo le damos color al asunto.
-Los temas que llevan compuestos o en los que estuvieron trabajando hasta el momento, ¿siguen la tónica de los temas nuevos que grabaron en "La Luz del Ritmo" y "El Arte de la Elegancia"? Me parece que apuntan más a algo entre "Fabulosos Calavera" y "Sardinista". Nuestros proyectos solistas para nosotros están asociados a nuestro proyecto madre, que es los Cadillacs. Vicentico siempre dice que cuando es solista se siente un Cadillac más. Como que es parte del plan. Y "Sardinista" para mí igual. Por otro lado, también apuntarán a lo que se nos vaya poniendo adelante y sorprendiendo a nosotros mismos.
-¿Van a girar con ese nuevo disco? Seguramente sí. El año que viene.
Iorio y Flavio: un sólo corazón En 1997,
Cianciarulo y
Ricardo Iorio editaron "
Peso Argento", un disco que reflejó una inesperada colaboración entre ambos y mezcló
folklore nacional, heavy metal y rock como nunca antes. A fuerza de grandísimas canciones y una chispa e identidad únicas, el álbum ganó un status de culto que sigue acrecentándose con el paso del tiempo.
Flavio rememoró la grabación de la placa y sus vivencias con el líder de
Almafuerte. Esto fue lo que dijo:
"De las grabaciones recuerdo magia pura. Yo me perdí la época de poder haber visto en vivo a Hermética. No obstante, como buen melómano que soy y abierto a cualquier tipo de género, cuando todavía existían las disquerías me compré "Mundo Guanaco" de Almafuerte. Ya venía escuchando Hermética en discos y me parecia muy bueno e interesante. Entendía lo que generaban porque me parecía buenísimo lo que escuchaba. Pero cuando me compré "Mundo Guanaco" me voló la cabeza. Las cosas después sucedieron de manera insólita. No sé si soy yo el que le tira la idea a Álvaro Villagra, que era como el nexo entre los dos y que justamente había grabado "Mundo Guanaco", Hermética y Cadillacs. Le dije que me gustaría hacer algo con Iorio, y él lo llamo inmediatamente.
Con Ricardo me había cruzado casualmente dos o tres veces en una tienda de bajos en el centro, siempre con esa simpatía que lo caracteriza. Una vez me agradeció porque yo subí con una remera de Hermética a recibir un premio de los Cadillacs, y en esa época era raro que alguien que venia del ska usara remeras de bandas de metal. Después de la reunión que armó Álvaro empezamos a tirar ideas, y cuando estábamos en desacuerdo yo le decía a Ricardo: "lo bueno de esto que nadie espera este disco, así que si nos gusta está todo bien, y si no nos damos la mano y también está todo bien".
Y esa magia que se plasmó en el disco fue sostenida por Álvaro en las perillas y por el Tano (Claudio) Marciello , con sus arreglos a nuestro servicio. Tal vez el disco debería haberse llamado "Iorio-Flavio-Marciello", por qué no. Por otro lado, también había como un 50% Cadillacs y un 50% Almafuerte, porque también tocaron (Fernando) Ricciardi y (Ariel) Minimal, que en ese momento estaba en los Cadillacs. Había como un híbrido que se iba fusionando muy naturalmente. Y derribamos prejuicios. Es el día de hoy que muchos me dicen que es su disco de cabecera. Después intentamos un segundo disco. Llamamos a (Jorge) Araujo cuando estaba en Divididos y tiramos unos demos. Era un poco más tanguero, urbano y metalero. Algo nos frenó, no sé por qué. No se dio, simplemente".
-¿Volverías a tocar con Iorio? ¡Pero claro! Yo lo adoro. Yo me casé con mi esposa, hace más de 20 años, y él y su finada esposa, Anita Mourín de Iorio, que en paz descanse, fueron mis padrinos de boda y los que firmaron. Ricardo sacó fotos con una cámara y salieron todas movidas. Me decía "perdoname hermano, soy un desastre". Me acuerdo que hasta mi mamá se ofendió, porque no le había avisado del casamiento. Para mí era un trámite, porque yo ya estaba casado. Era como sacar el documento único. Pero Ricardo es mi compadre desde aquella vez, y Ana, que está en el cielo, mi comadre. Así que imaginate. Lo adoro y lo considero uno de los artistas más grandes de la Republica Argentina. El no sólo es lo más grande del heavy nacional, como dicen los pibes. Va mucho más allá. Es uno de los mejores de todos. Como él baja las canciones y cómo las escribe no cualquiera lo hace. Él trasciende su género. No sólo es el mejor del metal, es uno de los mejores artistas del país en general. Claramente.