Nacido en 1936 en una ciudad de
Ucrania, por entonces perteneciente a la ex
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), luego de servir al
Ejército Rojo, se anotó en la Universidad y se graduó en tres carreras. Era licenciado en Lenguas, Literatura Rusa e Ingeniero. Fue, además, un afiliado al
Partido Comunista.
El asesino, que fue conocido como el
Monstruo del Rostov (por la región en la que atacaba), antes de comenzar la carrera criminal fue docente, aunque lo despidieron por inconductas con los alumnos.
Recién en 1978, cuando trabajaba en una fábrica, cometió su primer asesinato. La víctima fue una nena de 9 años, quien fue destrozada por el brutal homicida. Según él mismo confesaría, lo excitaba ver la sangre y sentir la muerte.
Cuando mató por primera vez tenía 42 años. Desde ese momento no pudo detenerse.Desde 1981, los crímenes comenzaron a ser cada vez más frecuentes. Chikatilo había conseguido un trabajo como ejecutivo de una mega fábrica soviética, lo que lo obligaba a viajar permanentemente. Se movilizaba en tren y colectivos y las víctimas,
en su mayoría niños y niñas de entre 7 y 17 años, eran secuestrados en cercanías de las estaciones ferroviarias. Los homicidios fueron tantos y tan atroces que en
Moscú se organizó un equipo especial para dar con el monstruo. Pero fue una tarea más que difícil.
El tercer crimen del serial fue una chica que se llamaba Lyuba, a quien la acuchilló en decenas de oportunidades en un bosque. Tras matarla, le extrajo restos del cuerpo y
le mutiló los ojos. Desde ese momento todas las víctimas aparecerían con ese tipo de lesión. El propio Chikatilo confesaría, años después, que
practicaba canibalismo. Todo lo hacía, según sus palabras, porque era lo único que le generaba excitación sexual. Sobre los ojos de sus víctimas diría:
"No soportaba que me miraran".Los asesinatos continuaron y se acrecentaron a los largo de los años. En una oportunidad, en 1984, el ex docente y afiliado comunista fue detenido como sospechoso de los asesinatos. Pero como tenía sangre Grupo A y su esperma era AB, fue liberado. Se trataba de una rareza genética del homicida.
El último asesinato fue en noviembre de 1990 en un bosque, en cercanías de una estación ferroviaria. Un policía vio a un hombre de traje que se lavaba las manos en una fuente. Como lo vio con manchas de sangre lo identificó, aunque lo dejó ir porque no había pruebas. Días después, cerca de ese lugar, encontraron el cadáver de un menor mutilado. Fue cuestión de horas que llegaran a la casa de Chikatilo y lo detuvieran.
En su vivienda, su mujer y sus hijos quedaron horrorizados, no sabían absolutamente nada.
En la provincia de Rostov lo acusaron, en primer momento, de
36 asesinatos. En los primeros días, Andrei se declaró inocente, aunque en presencia de un psiquiatra forense se decidió a escribir la confesión y habló. Los psiquiatras lo declararon imputable, por lo que el juicio se realizó en el año 1992. Enjaulado, con un traje a rayas y con la cabeza rasurada, Andrei Chikatilo fue presentado en la audiencia. Allí, ante las cámaras de la televisión y los familiares de las víctimas, ensayó una actuación que quedó grabada en la memoria universal. Se desvistió, mostró los genitales y gritó y rió todo el tiempo. Lo condenaron a la pena de muerte.
Fue ejecutado el 14 de febrero de 1994 de un tiro en la cabeza en Moscú.