Mayúscula sorpresa se llevaron más de 100 argentinos -que asistieron a la entronización- que fueron invitados por el mismísimo Papa a departir una reunión para “comer algo” en uno de los salones del Vaticano.
El papa Francisco sorprendió a un grupo de compatriotas argentinos al invitarlos a un almuerzo informal y familiar en el Vaticano, informó el servicio de información en español del Vaticano (VIS).
"Sonó el móvil y lo último que podía imaginar Pablo Ordoñe, un fraile argentino de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, era que lo llamaban de parte del Papa para comer algo todos juntos", cuenta en una nota VIS.
No se trataba de una ceremonia litúrgica ni de un encuentro de trabajo, sino de una invitación a un grupo de unos cincuenta argentinos para ir a "comer algo" a la hora del almuerzo del miércoles con el nuevo jefe de la Iglesia católica, quien el día anterior había inaugurado el pontificado con una misa solemne en la plaza de San Pedro ante delegaciones y jefes de gobierno y de Estado de unos 130 países.
Entre los invitados figuraban miembros de la conferencia episcopal argentina, sacerdotes, religiosas, parejas de amigos con hijos, periodistas, cardenales y el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, junto con los empleados y funcionarios de la representación diplomática.
"¡Fue muy fuerte! Era demasiado. Me parecía imposible!", comentó Ordoñe en la Radio Vaticana.
El almuerzo, durante el cual el Papa conversó con sus invitados, fue realizado en uno de los salones adyacentes a la sala Pablo VI del Vaticano.i