El Papa Francisco batió un récord histórico en Manila, Filipinas, al reunir en una misa a más de seis millones de personas que siguieron sus palabras bajo una intensa lluvia que se desató en la ciudad.
El sumo pontífice quebró así la marca que poseía en el mismo país desde 1995 el Juan Pablo II que en aquél año juntó a cinco millones de fieles.
Francisco fue muy venerado por la población en su gira al referirse a la gran cantidad de filipinos que viven en la pobreza e indigencia.
Según últimos datos oficiales, alrededor de 25 millones de filipinos, es decir, un cuarto de la población, vive con 60 centavos al día o menos.
"Filipinas es el principal país católico en Asia. Es un don de Dios, una bendición, pero también una vocación. Los filipinos fueron llamados a ser misioneros de la fe en Asia", le señaló a la multitud el Papa, cubierto por un piloto.
"Que el Santo Niño pueda continuar bendiciendo a Filipinas y apoyando a los cristianos de esta gran nación en su vocación de ser testigos y misionarios de la alegría del Evangelio en Asia y todo el mundo", añadió.