El papa Francisco valoró ayer el legado de sus predecesores Juan Pablo II y Juan XXIII, que serán canonizados mañana en una ceremonia histórica, de la que participarán un millón de peregrinos y numerosos jefes de Estado.
Con la casi segura presencia del papa emérito Benedicto XVI en la ceremonia, la Iglesia católica se prepara para vivir lo que se ha denominado como el "día de los 4 papas': en presencia de dos pontífices vivos serán convertidos en santos dos papas fallecidos, los más populares del siglo XX.
Dos tapices con las imágenes de Juan Pablo II y Juan XXIII ya se exhiben desde ayer por la mañana en la fachada de la basílica de San Pedro.
Elogios a los pueblosFrancisco lo calificó además como "un gigante de la fe" que "abrió a Cristo a sociedad, cultural, sistemas políticos y económicos".
Además, en una carta enviada a la diócesis de Bérgamo -de la que era oriundo Juan XXIII- Francisco lo calificó también de un "gran regalo" para la Iglesia católica de todo el mundo.
En tanto, la ciudad del Vaticano se empezó a poblar con fieles llegados de todas partes del mundo, que colapsaron los alojamientos disponibles e incluso algunos pernoctarán en la noche del sábado en la plaza San Pedro para lograr las mejores ubicaciones en la ceremonia del domingo. Solamente de Polonia, la tierra natal de Juan Pablo II, se espera que lleguen 1.700 micros, 58 aviones y 5 trenes.
En la víspera de la ceremonia, se realizará la "Noche Blanca de Plegaria", en la que once iglesias romanas ofrecerán homilías en seis idiomas: italiano, español, portugués, inglés, francés y árabe.
Entre los líderes mundiales que estarán presentes, ya confirmaron su presencia los reyes de España; los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Horacio Cartes; y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, con quien Francisco se reunió ayer.
Con un plan diseñado hace meses, las fuerzas de seguridad, servicios médicos, voluntarios y autoridades de la ciudad de Roma se preparan para recibir el aluvión de peregrinos que comenzaron a llegar durante la semana.