Los habitantes de Nueva Pompeya que todas las tardes utilizan la plazoleta situada en la avenida Amancio Alcorta al 3300, deberán saber que ahora cuando alguien les pregunte por ella tendrán que decir que están en la Plazoleta ‘Padre Mario Luis Migone’. Después de una presentación que se hizo en la Legislatura Porteña la plazoleta de Nueva Pompeya recordará al misionero en Islas Malvinas, luego de que se expidiera favorablemente la Comisión Permanente de Nomenclatura Urbana y la Audiencia Pública del 1 de agosto último.
La iniciativa fue presentada en el recinto por los diputados Marcelo Guouman y María Patricia Vischi y destaca la labor que realizó el Padre Mario Luis Migone quien nació el 13 de diciembre de 1863, en Montevideo, Uruguay y que llegó a Buenos Aires para estudiar filosofía y teología con los primeros sacerdotes salesianos llegados de Italia. El Padre fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1887 y falleció anciano, homenajeado por todos sus fieles, incluso por las autoridades civiles británicas, el 2 de noviembre de 1937, en las Islas Malvinas. ‘Bien se puede afirmar que a mí y a mi hermano Ludovico nos cabe el honor de haber sido los primeros alumnos del Colegio Pío. Verdad es que en el momento de presentarnos, el 30 de enero de 1877, nos hallamos en la portería con otro joven, llamado Carlos Silva, que nos había precedido de algunas horas; pero como sólo nos acompañó pocos días, recayó en nosotros el honor de ser primeros’, comentaba el Padre Salesiano Mario Luis Migone.
Mario Luis era hijo de Nicolás Migone y María Grillo, finalizados los estudios, 1880, viajó con su familia a Europa, allá pudieron visitar a Don Bosco en Turín, quien los invitó a almorzar, el joven quedó conmovido por este gesto y cuando regresó a Uruguay, decidió ser Salesiano. Leía y hablaba francés, inglés, alemán, e italiano por lo que colaboró en el Boletín Salesiano, escribiendo artículos y haciendo traducciones para su edición en español. Después de haber sido ordenado como sacerdote, Monseñor Cagliero lo envió a Viedma, donde como catequista permaneció cuatro años. Fue Director del Colegio de Viedma, donde estuvo seis años.
A pesar de las inclemencias, eligió evangelizar en las Islas Malvinas, donde desembarcó en el año 1905. Introdujo la ‘primera usina eléctrica y realizó la primera proyección de cine. Promovió el diálogo entre protestantes y católicos’, aseguran las crónicas de la época.
Su vínculo con las Islas Malvinas la describe como pocos el Historiador de la Patagonia, Juan Carlos Moreno, quien escribió: ‘Por fin, el 19 de abril de 1888, desembarcaron en Puerto Stanley Monseñor José Fagnano y el Padre Patricio Diamond, quien quedó a cargo de la Misión de las Islas Malvinas hasta 1905, año en que lo sucedió el Padre Mario Luis Migone. A el lo mandaron a ese lugar porque junto con el Padre Patricio Diamond eran los únicos que podían comunicarse en inglés’, contó.
El organismo del Padre Migone sufría mucho el frío y Diamond también, el cual muy enfermo, falleció a un año y medio de la fundación. Después de esa tragedia, el Padre Migone fue trasladado a un clima más templado, y es ahí donde lo nombraron Director del Colegio de Viedma. Sin embargo el vínculo con las Islas iba a ser imposible de romper y por eso terminó regresando dos veces más al archipiélago. EN la tercera vez que llega a la Isla, a principio de 1905, lo hizo con la convicción de que ese sería su destino final y así terminó siendo. El Padre Mario Migone falleció en 1937 y tan importante fue su labor junto al grupo de salesianos que en la misma Isla se le rindió homenaje por parte de las autoridades británicas.