El policía de la Bonaerense y uno de los efectivos de la Federal a los que mató a tiros estaban imputados en una causa por amenazas recíprocas. El asesino adujo que le apuntaron, pero las pericias lo descartaron.

Una venganza por una denuncia de amenazas? ¿Un ajuste de cuentas por una deuda impaga? ¿Un crimen motivado por la interferencia en negocios paralelos? Por estas horas, esos son los interrogantes que tratan de responder los investigadores del doble crimen de los efectivos de la Policía Federal ocurrido en la localidad de Isidro Casanova y cometido por un teniente de la Policía bonaerense, quien quedó detenido y declaró, ofreciendo su versión sobre lo ocurrido.

Tal como diéramos cuenta en nuestra edición de ayer de DIARIO POPULAR, en la noche del jueves pasado, frente a una panadería ubicada en avenida Cristianía y Monte Egmont del barrio Atalaya, cuando Marcos Daniel Fernández (de 35 años) atacó y mató a balazos a Juan Carlos González (41) y Carlos Andrés Oxance (40). El teniente que prestaba servicios en la comisaría Noroeste 5ª de La Matanza recién ayer fue exonerado de la fuerza pese a sus antecedentes y quedó imputado por el delito de "doble homicidio, agravado por el uso de arma de fuego".

La principal hipótesis que manejan los investigadores del caso es que Fernández le fue a recriminar a González por una amenaza anterior que había sufrido en su casa el mes pasado, y que se había originado por un accidente de tránsito. No obstante, no se descartan otras pistas, como la de la existencia de una deuda de las víctimas hacia el victimario o una presunta "mejicaneada" de un supuesto negocio.

De acuerdo a lo reconstruido, todo se desencadenó cuando Oxance (que cumplía funciones en la División Custodia y Objetivos Especiales) se hallaba en la puerta de su comercio, la panadería "El Sembrador", conversando con su amigo y compadre, González (oficial de la Superintendencia de Drogas Peligrosas), dueño de un lubricentro, ubicado a pocas cuadras de allí.

En esas circunstancias, apareció el teniente Fernández empuñando un arma de fuego, con la cual amenazó a Juan Carlos González y le disparó antes de que pudiera defenderse. Y ante la agresión, Carlos Oxance pretendió intervenir, pero recibió también varios impactos.

Los vecinos y otros comerciantes de la cuadra escucharon los gritos y los disparos, llamaron al 911 y cuando personal de la comisaría 20ª de La Matanza llegó al lugar, constató la muerte de los dos efectivos de la Policía Federal, a pesar de recibir asistencia médica de urgencia, con intentos de reanimación.

El asesino ni siquiera atinó a escapar: se encontraba a pocos metros y de inmediato fue reducido, quedando detenido a disposición del fiscal Jorge Yametti, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Temática de Homicidios de La Matanza.

Ayer por la tarde, al ser indagado, Marcos Daniel Fernández sostuvo que les dio tres tiros a cada de uno de los policías, porque uno de ellos lo apuntó con un arma de fuego, en el marco del enfrentamiento previo que mantenían por viejas diferencias.

"Cuando llegué al lugar y me entrevisté con Fernández me dijo que se quedó en el lugar porque fue víctima de la situación y que fue legítima defensa porque los dos policías de la Federal sacaron sus armas y quisieron dispararle", dijo uno de los investigadores.

Sin embargo, los peritos determinaron que González tenía su arma reglamentaria guardada, es decir que ni siquiera llegó a defenderse, y que la pistola de Oxance no fue encontrada en el lugar.

"Los investigadores determinaron luego que Fernández y González ya se conocían y que ambos estaban imputados en una causa por amenazas recíprocas, ocurrida el 10 de septiembre en la puerta de una casa en Isidro Casanova, en la que interviene el fiscal Juan Diomede".


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Ese día, Fernández se hallaba en su vivienda de la calle Jean Jaures al 5900, cuando un auto Fiat Siena con tres hombres a bordo se detuvo frente a la puerta. Uno de esos sujetos era González, quien se hallaba acompañado por otro policía de la Federal y uno de la Metropolitana, quienes amenazaron al teniente de la bonaerense.

"Fernández había protagonizado un accidente de tránsito con otro vecino que derivó en un problema económico porque uno le exigía al otro el pago de los arreglos del auto. Este vecino le pidió a González, que era su amigo, que fuera a apretar a Fernández para que no lo molestara más", trascendió.

En esas circunstancias, Fernández también sacó su arma y se originó una fuerte discusión en la que intervinieron los vecinos y aparecieron varios patrulleros. Tanto el bonaerense como el Federal y sus dos amigos también policías, terminaron todos demorados y se les inició una causa por "amenazas recíprocas" y se dispuso que se le saquen las armas a todos los involucrados.

"Sin embargo, días después, como la causa no avanzó, Fernández fue reincorporado y se le volvió a dar el arma reglamentaria", explicó un jefe policial.


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