Un femicida podría ser condenado a 35 años de prisión cuando el próximo martes se conozca el veredicto, tras un juicio en el que el testimonio de un perito resultó tan contundente, como todos los elementos surgidos de la investigación del caso.
Se trata del crimen de Julieta Mena, de 22 años y embarazada dos meses, ocurrido en octubre de 2015 en una vivienda de la localidad de Ramos Mejía, por el que se encuentra acusado su entonces pareja Marcos Andrés Mansilla, quien le pegó hasta causarle la muerte, en un contexto de maltrato que la víctima padecía y que también incluía la exigencia para que abortara.
En apenas una jornada, el Tribunal Oral Criminal Nro. 5 de La Matanza dio por concluido el debate y en los alegatos, el fiscal Carlos Luppino pidió la pena máxima, que alcanza a los 35 años de cárcel, al considerar al imputado como culpable del delito de “homicidio agravado” por el vínculo y por la condición de mujer de la víctima, en concurso real por provocación del aborto. La defensa se pronunció por la absolución y subsidiariamente que sea sentenciado por “homicidio preterintencional” (no tuvo intención de causar la muerte), pese a que el acusado, en sus últimas palabras, dijo ser inocente y desconocer que la joven estuviera embarazada.
Según trascendió, la culpabilidad de Marcos Mansilla no está en discusión, solo resta saber el monto de la pena que le aplicarán los jueces y que le será notificado en el mediodía del próximo martes 11, en una audiencia en los que los familiares de Julieta Mena, estarán acompañados por otros padres y madres cuyas hijas fueron víctimas de femicidio y representantes de organizaciones sociales.
El 1 de octubre de 2015, Julieta Mena recibió una paliza, tras una serie de recriminaciones de quien era su pareja que se oponía a que continuara adelante con el embarazo, que se sumaron al maltrato que sufría la joven y que lo mantenía en secreto. Esa noche, en la vivienda de la calle Pasco al 200 de Ramos Mejía, los golpes que le dio Mansilla fueron con tanta violencia, que le ocasionaron heridas de tal gravedad, que derivaron en su fallecimiento. A los pocos días, el sindicado femicida quedó detenido y el cúmulo de evidencias, más los testimonios, recogidos en la instrucción del caso por el fiscal Carlos Arribas resultaron más que suficientes para que la causa sea elevada a juicio.
Si bien el acusado sostuvo su inocencia, inclusive argumentando desconocer que su pareja estaba embarazada, la posterior investigación lo fue desmintiendo. En tal sentido, en el expediente constan los mensajes de textos que intercambiaban y en los que tenían posturas diferentes sobre tener o no al bebe, fruto de esa relación sentimental.
Los pocos testigos, entre amigas, familiares de la víctima y compañeros de trabajo de ambos, fueron claros en sus declaraciones, apuntando a la culpabilidad de Mansilla y el informe del perito que realizó la autopsia al cuerpo de la chica también fue contundente, en relación a las contusiones por golpes que la víctima recibió en la zona vaginal y en el abdomen, con la intención de provocarle la pérdida del embarazo.i