Ella no había vuelto a la Casa Rosada desde el velorio de Diego Armando Maradona, aquel trágico y caótico 25 de noviembre de 2020, hace más de diez meses. Y ambos no se mostraban en público desde el domingo 12 de septiembre, cuando juntos subieron al escenario del búnker del Frente de Todos para asumir la derrota sufrida en las PASO. Este jueves, Alberto Fernández y Cristina Kirchner volvieron a mostrarse juntos en público, aunque la distancia entre ellos resultó evidente.
La excusa formal fue la presentación del proyecto de ley de “Fomento al Desarrollo Agroindustrial", un acercamiento más en lo que va de la semana del Gobierno con el campo, sector históricamente enfrentado con el kirchnerismo. La convocatoria fue en el Museo del Bicentenario, donde dijeron presentes todos los miembros del Gabinete, representantes del sindicalismo como Hugo Moyano, Antonio Caló y Héctor Daer, y empresarios como Miguel Acevedo.
Cristina Kirchner llegó muy puntual a la Casa Rosada. Enfundada en un pantalón de cuero negro, camisa blanca y campera negra, se dirigió a las oficinas de Wado de Pedro, que están en la planta baja. Allí estuvo largo rato, más precisamente 37 minutos, sin cruzarse con Alberto Fernández quien —según aseguraron fuentes oficiales— se encontraba en su despacho del primer piso terminando de preparar su discurso.
Sin embargo, tanto el presidente como la vicepresidenta cumplieron a rajatabla con el protocolo indicado e ingresaron juntos al Museo del Bicentenario. El la dejó pasar primero, se sentaron uno al lado del otro custodiados por dos flamantes integrantes del gabinete: a la derecha de Alberto, el jefe de Gabinete Juan Manzur, a la izquierda de Cristina, el ministro de Agricultura Julián Domínguez. Ambos hombres muy vinculados a la iglesia católica.
Alberto Fernández y Cristina, juntos tras los cambios en el Gabinete
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No intercambiaron miradas, pero Cristina comenzó a mirarlo cuando Alberto comenzó a dar su discurso. "Para que el desarrollo sea armónico no hace falta que todos digamos lo mismo, pensemos igual. Cada uno puede tener diferencias, matices, no podemos discutir la necesidad de avanzar, darle igualdad a una sociedad tan desigual como la que vivimos”, sostuvo el presidente y todas las miradas se posaron en la vicepresidenta, que lo miraba con atención.
Luego se refirió específicamente al proyecto de ley que motivaba el encuentro. "Esta ley es el resultado de más de un año. Es el resultado de escucharnos, de buscar puntos de encuentro. De conciliar intereses que no son siempre los mismos", dijo el presidente y le dio crédito a Gustavo Beliz por presidir el Consejo Económico y Social. También recordó el rol de Luis Basterra, anterior ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Y aprovechó para subrayar una idea que resulta recurrente en los últimos días: que estamos saliendo de la pandemia. "Estoy sintiendo que el día 100 ha llegado", dijo. ”Ya no tenemos que hablar tanto de lo que no pudimos porque la pandemia nos impidió, sino que hablar de lo que tenemos que hacer para encontrar el rumbo. Esta ley tiene que ver con eso: reivindica la cultura del encuentro", agregó.
Al finalizar el acto, todos volvieron a salir por donde entraron, aunque a Cristina le resultó difícil porque muchos de los presentes se agolparon a saludarla. Ella se retiró primero, y él permaneció unos segundos más sobre el escenario, mientras se sacaba selfies con los presentes.
Al salir del Museo del Bicentenario, Cristina Kirchner volvió a refugiarse en la oficina del ministro del Interior, en la planta baja de la Casa Rosada, justo enfrente del patio de las Palmeras. Después de un rato, salió. Un auto negro la esperaba en la explanada. El día había terminado.