La desaparición de Santiago Maldonado obligó al gobierno a involucrarse -tardíamente tal como se anticipaba en esta columna- en una causa que va a marcar la campaña electoral rumbo a las elecciones del 22 de octubre que definirán el mapa político de los próximos dos años.
Una lectura parcial del oficialismo sobre lo acontecido el viernes tras la multitudinaria marcha en Plaza de Mayo en reclamo por la aparición del artesano, aquella que podría hacer foco en los incidentes y los violentos que atacaron locales y se cruzaron con la Policía, volvería a subestimar un hecho que ahora hasta es analizado por medios de comunicación extranjeros.
Es cierto que en medio de un reclamo legítimo se mezcla el “aprovechamiento político” por parte de partidos de izquierda e incluso el kirchnerismo. Después que en la semana Germán Garavano anticipara la asistencia a la querella encabezada por la familia y el pedido al Alto Comisionado de la ONU para que se forme una comisión de expertos que audite la investigación judicial de caso, ayer Marcos Peña declaró que el gobierno “irá a fondo con la investigación sin protección para nadie”’.
No se descarta, de esta forma, dar apoyo a la hipótesis de la familia y los militantes mapuches sobre el rol de Gendarmería en torno a la desaparición del joven de 28 años. Una línea investigativa que soslayó desde un principio la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que se basó en el careo a los más de 50 gendarmes que participaron del desalojo de la ruta 40 y no arrojó contradicciones cuyos resultados fueron enviados al juzgado de Esquel, y que por ahora, vale decir, tampoco arrojó novedades en el expediente.
Con todo, la fundadora de Unión por Todos fue respaldada por Mauricio Macri tras la movilización del viernes con un llamado en el que valoró su actuación al frente de una cartera que bate récords de incautación de droga.
El paradero incierto de Maldonado -además de hipótesis diversas como la búsqueda de un cadáver en Chile o la “insistente” línea que ubica el tatuador de 25 de Mayo en el ataque a un puestero de Epuyén que logró asestarle un cuchillazo a uno de los intrusos, por lo que ahora se perita el ADN de la sangre hallada- disparó internas en la cartera de Seguridad.
El traslado de la subsecretaría de Inteligencia Criminal y de la oficina de estadísticas criminológicas a Seguridad Interior de Gerardo Millman, un hombre de Bullrich, desde la Secretaría de Eugenio Burzaco, que tiene desde el inicio de la gestión mantiene una durísima interna con su jefa, anticipa más cambios. ‘Los dichos de Patricia cayeron muy bien en la fuerza y aprovechó para avanzar en estas medidas. Siempre trató de menoscabar la influencia de Burzaco reforzando a Millman’, recordó una fuente calificada.
Lo cierto es el caso Maldonado será uno de los ejes de campaña de Cristina Kirchner rumbo a las generales de octubre. El miércoles en el acto de La Plata, en el que celebró su ajustado triunfo en las PASO, directamente responsabilizó al Ejecutivo por su desaparición. “Cambió la dirección política de Gendarmería”, indicó.
Pero sus estrategas aclaran que seguirá machacando con el ajuste económico y con que “el blanqueo fue un armado legal para hacer ingresar al circuito legal la plata negra de la familia Macri”’.
Hace una semana el diario Página 12 informó que ingresaron al blanqueo -en una filtración que desató una interna en la AFIP- al hermano del presidente, Gianfranco Macri; el mejor amigo del mandatario, Nicolás Caputo; el empresario Marcelo Mindlin, que el mes pasado anunció la compra de la constructora Iecsa del primo Angelo Calcaterra, y un primo del jefe de Gabinete, Alejandro Jaime Peña Braun.
También el acto en el club Atenas de la capital provincial mostró a una Cristina más desafiante respecto a la campaña de las primarias. En su entorno anticiparon un mayor acercamiento con la prensa -de hecho ya recibió en el Instituto Patria para charlar en “off” a periodistas extranjeros y de medios nacionales hasta hace poco considerados “críticos”- y entrevistas televisivas con reconocidos conductores para llegar a otras audiencias. Claro, el gran desafío de la ex mandataria es sumar votos de otros espacios para perforar el techo de su núcleo duro.
En el oficialismo, lejos de temer a esta nueva estrategia, consideran que la réplica de su imagen en los televisores “la va a exponer más y acrecienta el ‘cuco’ de que está en la cancha”. Traducido: creen que podrán pescar votos en el universo massista por el “miedo” al regreso al poder de la ex presidenta.
Descuentan, de este modo, una campaña “ultrapolarizada” entre Cambiemos y Unidad Ciudadana. Como los últimos focus group del centro de campaña oficial arrojaron que se vio “muy sola” a María Eugenia Vidal recorriendo la Provincia y, muy por detrás, a los verdaderos candidatos al Congreso, se sumarán bajadas al GBA de Mauricio Macri. “A nivel nacional se respaldó el liderazgo del presidente y en este escenario tendrá más participación”, argumentaron.
Esta semana, de hecho, se vio juntos a las principales figuras del PRO en Florencio Varela para anunciar obras y apuntalar referentes locales. Horas después el primer candidato a concejal por Cambiemos, Pablo Alaniz, que hasta el inicio de la campaña trabajaba junto a Marcos Peña como Director de Comunicación Digital, firmó la lista unificada del distrito. Cuenta con el aval del jefe de Gabinete y aspira a posicionarse para competir por la intendencia en 2019 habida cuenta que Julio Pereyra, debilitado y limitado por una ley, no podrá ir por una nueva reelección. Empero, en ese distrito de la Tercera Sección Cambiemos perdió mal contra UC: 49% contra 24%.
Alaniz, como Lucas Delfino, subsecretario de Asuntos Municipales y referente en Hurlingham, es uno de los denominados “sin tierra”, un universo que obtuvo resultados más y menos favorables en las primarias. El oficialismo también busca reforzar la gestión en las intendencias que perdió -Quilmes y Pilar, por caso- y sumar votos en los aquellos distritos considerados hostiles.
“El Conurbano no están lineal, requiere un trabajo específico. Hay que estar en los barrios donde la gente la pasa mal por lo económico y no se siente tan bien como antes. En La Matanza el 100% sabe que el Metrobus lo hizo Macri pero igual vota al PJ. Hay que construir más”, explicó un funcionario del ala política.
Igual son optimistas de cara a las generales de octubre: creen que pueden ganar con un poco más del 39%. Pero, según se pudo saber, ese ánimo coexiste con algunas tensiones: la posible llegada al Ejecutivo de Jorge Macri -un “dirigente poco prolijo”, según alguien que no ve con simpatía- y la incógnita en torno a la asunción de Graciela Ocaña en la Cámara de Diputados. Una versión que cobra fuerza en los últimos días es que la “Hormiguita” en diciembre podría desembarcar en el PAMI en reemplazo de Sergio Cassinotti. Todo dependerá, ciertamente, de si el gobierno gana o pierde en la Provincia.
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