La Justicia realizó esta mañana nuevos allanamientos en el marco de la investigación por la detención de dos personas supuestamente vinculados a la organización Hezbollah, mientras que la comunidad musulmana denunciará al Estado Nacional por maniobras de “persecución” en su contra.
Uno de los allanamientos fue realizado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en un domicilio de Emilio Lamarca y Avellaneda, en el barrio porteño de Floresta. Además, la Gendarmería Nacional ejecutó un importante operativo de seguridad.
Durante los allanamientos se registraron forcejeos con allegados y familiares de las personas que residen en el domicilio allanado.
La causa tiene secreto de sumario, por lo que no se confirmaron detalles, aunque trascendió que el allanamiento estaba relacionado a una persona cercana a los hermanos detenidos este jueves.
La denuncia original fue hecha por la DAIA, en base a un correo electrónico anónimo, que terminó con la detención de Kevin y Axel Abraham Salomon, de 25 y 23 años, de nacionalidad argentina. Ese mensaje alertaba sobre una persona “que sería partidaria del grupo terrorista y habría recibido entrenamiento militar en distintos viajes por Medio Oriente”.
En el domicilio encontraron una carabina Mauser calibre 7.65 mm con mira telescópica; una escopeta calibre 16; dos revólveres calibre 38 largo; una pistola Bersa calibre 22 largo; un revólver calibre 25; dos revólveres calibre 22 y una carabina de aire comprimido.
También, cuatro cuchillos de tipo militar; municiones de escopeta calibre 36 y 16; trece peines con cinco cartuchos cada uno calibre 7.65 y otros 237 cartuchos de distintos calibres; un bastón tipo “tonfa”, ropa de tipo militar y dispositivos electrónicos.
Este viernes, la defensa de los jóvenes pidieron la excarcelación pero el planteo les fue rechazado por el Juzgado, en tanto que sus padres rechazaron las acusaciones y afirmaron ante prensa que no son “terroristas”.
“Somos musulmanes, no terroristas. Las armas fueron herencia de un abuelo y estaban guardadas”, aseguró Paola, la madre de los hermanos.
En declaraciones a la prensa en su domicilio, Marcelo, el padre, sostuvo: “Es una denuncia anónima, no sabemos quién fue. Cualquiera puede hacer una denuncia y arruinarle la vida a dos personas. Mis hijos son inocentes”.
“No sabemos cuál es la imputación. En el expediente no hay nada concreto”, subrayó el hombre.
"Las armas que les hallaron a mis hijos son heredadas de mi abuelo"
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