El gremio que conduce Omar Maturano anunció que realizará una nueva medida de fuerza en reclamo de mejoras salariales.
El gremio La Fraternidad, que nuclea a los maquinistas de trenes, declaró este martes un paro para el 28 de enero próximo en reclamo de mejoras salariales. La medida de fuerza del gremio que conduce Omar Maturano se llevará a cabo desde las 9 hasta las 17, "afectando el servicio a nivel nacional", según indicó el sindicado ferroviario a través de un comunicado.
"En la reunión del día de la fecha, el Secretariado Nacional, en virtud de la falta de respuesta reiteradas en las paritarias por parte de las empresas, representantes del Gobierno y también las empresas concesionarias, ha resuelto hacer un llamado urgente a un plenario de representantes gremiales de todos los ferrocarriles para el próximo 28 de enero, a partir de las 11 en el teatro Empire del sindicato", indicó La Fraternidad en un comunicado.
Por tal motivo, en el texto completó, "se paralizarán las tareas desde las 9 hasta las 17 de ese mismo día, afectando todos los servicios de trenes en todo el territorio nacional".
Maturano es uno de los dirigentes que mantiene la postura más intransigente ante el Gobierno y se viene exponiendo de los otros sindicatos ferroviarios con sus reclamos salariales y medidas de fuerza.
El último paro nacional de 24 horas se había anunciado para el 18 de diciembre último, pero finalmente dieron marcha atrás porque la Secretaría de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, que obliga a las partes en conflicto a negociar y a retrotraer las medidas que entorpezcan las tratativas.
Las negociaciones de La Fraternidad son otro examen para la pauta salarial de la administración de Javier Milei, que no solo trata de limitar los incrementos dentro de la pauta del 1% mensual, sino que también presiona a gremialistas y empresarios para reformular convenios firmados bajo la amenaza de no homologarlos y así quitarles la obligatoriedad del pago a todos los trabajadores de una actividad.
Decenas de trabajadores de PAMI, en la sede central, no pudieron ingresar este martes a respectivos sus puestos y se presume que se trata de una nueva ola de despedidos en el organismo.
Serían 200 los empleados desafectados; 50 de ellos, que se hicieron presentes como todos los días y quisieron fichar, se encontraron con que el sistema "no les toma las huellas" para permitir el ingreso al edificio.
Esta situación provocó que esos trabajadores se concentraran en el hall del PAMI central (Av. Corrientes 650), y permanecieron allí junto al personal de seguridad privada que desempeña funciones dentro del edificio. Según trascendió, los despidos que se llevarán a cabo, fueron comunicados de manera informal por "los gerentes de cada área".
Delegados de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN) no quieren realizar declaraciones formalmente, ya que están "esperando a la secretaria del gremio" para que confirme la cantidad efectiva de despidos. Paralelamente, los delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de PAMI exigieron "que no se congelen los salarios" y que no se efectúen los despidos: "Denunciamos que 'los buenos muchachos' de la Salud buscan quedarse con el PAMI, sacrificando los derechos de los jubilados y vulnerando a los trabajadores"; añadieron.
"Desde ATE, nos comprometemos a defender con firmeza los derechos de quienes, día a día, sostenemos esta institución. Si nos tocan a uno, nos tocan a todos", manifestaron. Por otra parte, referentes de todos los sindicatos, que trabajan en el organismo, realizaron una recorrida por las oficinas, previo a la asamblea general donde se planea resolver la forma de continuar con esta situación.
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