Fue después que el gobierno rectificara los cambios que quería promover el oficialismo en el régimen de indemnizaciones

Finalmente y luego de varias reuniones, hubo un principio de acuerdo entre el gobierno y la CGT para la elaboración del anteproyecto de la reforma laboral: en la central obrera destacan que se rectificaron los cambios que quería promover el oficialismo en el régimen de indemnizaciones y quedaron atrás la propuesta del banco de horas y la limitación de responsabilidad solidaria en las tercerizaciones.

Con todo, la cúpula sindical espera conocer la redacción final del anteproyecto -que Trabajo enviaría mañana al Senado para que comience a discutirse cuanto antes y así poder sancionarlo en las sesiones extraordinarias- para no llevarse ninguna sorpresa. Es que en la sede de calle Azopardo se sorprendieron con la propuesta de reforma “generalista” que presentó el gobierno luego de las elecciones que iba a contramano de la mentada idea de discutir “sector por sector” que se venía repitiendo desde el acuerdo productivo de Vaca Muerta.

“Estamos a la espera de la redacción final del proyecto. El Ejecutivo comenzó con una postura de máxima y hubo una alternativa de la CGT preservando temas como indemnización, tercerizaciones y el banco de horas. Ahora queremos que lo confirmen oficialmente”, explicó ayer un jefe sindical consultado por este diario.

Luego que Mauricio Macri anunciara su llamado a “consensos básicos” en el CCK tras el triunfo electoral de Cambiemos, se llevaron adelantes distintas reuniones entre los funcionarios de Trabajo, encabezados por Jorge Triaca, y los popes sindicales. Pese a que hubo un rechazo inicial a la iniciativa, con la salvedad del blanqueo de trabajadores, continuaron los acercamientos entre ambas partes.

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Ayer Triaca recibió al triunvirato de la CGT -Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña- y otros integrantes del consejo directivo de la entidad, para terminar de limar asperezas y avanzar en el acuerdo final.

Esta semana los funcionarios y los gremialistas habían coincidido en La Rural donde se lleva a cabo la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil. “Tras la reunión, se alcanzó el nivel de consenso necesario para enviar el proyecto de ordenamiento laboral al Congreso para su tratamiento en las próximas semanas”, indicó ayer un comunicado oficial.

En verdad, el gobierno pretende que el Senado le de la media sanción en lo que resta de noviembre y que en las extraordinarias de diciembre Diputados lo convierta en ley. Con una rápida promulgación, los cambios en la normativa laboral podrían entrar en vigencia el 1 de enero de 2018.

En el gobierno insisten en que la reforma busca incorporar más trabajadores al mercado formal ya sea absorbiendo los que hoy se desempeñan “en negro” y creando nuevos empleos por el supuesto mejor clima de inversiones.

Lo cierto es que en la reunión de ayer se destrabaron aspectos que impedían un entendimiento. En el gobierno valoraron que finalmente se crearon nuevas categorías como “trabajador independiente” que, aunque serán auditadas por una comisión tripartita, de alguna forma va en sintonía con el objetivo de flexibilizar las condiciones de contratación.

Por el lado sindical remarcaron que “se rectificaron muchas cosas que generaban esos condicionamientos, otras fueron matices y otras quedaron de lado, como el banco de horas -apuntó un vocero sindical-. No cedimos en nada que tenga que ver con lo sustancial del derecho laboral”.

En ese sentido, la fuente puntualizó que “se volvió a incorporar las horas extras y las comisiones en las indemnizaciones y quedó el tema del fondo de cese a cargo de los empleadores”.

También, de acuerdo a las fuentes, se descartó la propuesta oficial sobre limitar la responsabilidad solidaria en las tercerizaciones de servicios de transporte, limpieza y seguridad. De todos modos habrá que esperar a mañana para conocer el texto final que será enviado al Parlamento.

Para el oficialismo el acuerdo con la central obrera resultaba vital para que el proyecto no se empantanara en el Congreso. El senador peronista Miguel Pichetto había anticipado que la iniciativa, para prosperar, requería del consenso con la central obrera.

Lo que sí quedó atrás, pareciera, fue la supuesta resistencia a la reforma que expresaba el sector vinculado a Hugo Moyano. Aunque fuera recibido por el propio Macri en Olivos, el vínculo entre el camionero y el gobierno seguirá sufriendo vaivenes.

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