La gobernadora María Eugenia Vidal atribuyó anoche las amenazas que recibió en los últimos días a que su gestión "le sacó negocios a mucha gente", pero aseguró que no se siente "una víctima" porque conocía "el desafío que enfrentaba" cuando aceptó ponerse al frente del Ejecutivo bonaerense.
"Cuando asumimos pisamos muchos callos y le sacamos negocios a mucha gente. Nos metimos con cajas policiales, del servicio penitenciario y el IOMA. Eso debe haber molestado a muchos. Asumimos el costo, pero no soy una víctima. Sabía los riesgos que corría cuando asumí el desafío de gobernar la provincia", señaló Vidal.
En declaraciones al ciclo Intratables que se emite por la señal América TV, Vidal contó que en enero tomó la decisión de irse "a vivir a una base por un tema de seguridad y para que su familia se sienta tranquila".
"Tomé la decisión de vivir en una base militar (la ex VII Brigada Aérea de Morón) por un tema de seguridad y para que mi familia esté tranquila. Pero no cambié y sigo siendo la misma persona que va a la panadería y le compra algo a sus hijos cuando vuelve del trabajo", graficó. La mandataria afirmó que "no hay soluciones mágicas", y que "las obras más importantes son las que no se ven en lo inmediato y se piensan a largo plazo".
"Me gusta gobernar la provincia y trabajar por todo lo que falta. Vemos una gran esperanza porque sinceramos y decimos la verdad. No es una debilidad reconocer los errores y buscar consensos con otras fuerzas políticas", remarcó Vidal.
En relación a los casos sobre seguridad que tuvieron lugar últimamente en la provincia, la mandataria observó que la responsabilidad de su administración es que "nadie sienta que deba tener un arma para defenderse".