La diva dice tener cintura e inteligencia para jugar el juego mediático de un reality como ShowMatch.
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“Le dije no a Tinelli para 2011”
Por KARIM GONZALEZ
Mientras disfruta y se divierte condimentando la escena como figura itinerante del polémico jurado de Bailando por un Sueño 2010, Moria Casán se anima a redoblar la apuesta y a siempre procurar ir por más. Nada la amilana, nadie parece detenerla. Dice estar más allá de lo que vende y del fuego que con su acostumbrada “lengua karateca” logra alimentar en cualquier espacio mediático. Hasta se da el lujo, tentada por Marcelo Tinelli para permanecer de manera estable entre quienes juzgarán las galas del certamen del año próximo, de rechazar el convite para conservar la “libertad” actual y no atarse a una rutina televisiva. “No sé si me divierte tener un programa propio. Esto es más divertido. A mí me divierte jugar con la locura ajena. A veces no me entienden, pero yo me divierto”, sostiene la mujer que, entre tantos proyectos, acaba de presentar Cruzadas, la película del director Diego Rafecas, que por vez primera la coloca en el rol de productora de cine. “Me tientan, me hablan, pero no puedo establecer una cosa. No quiero establecer nada. Yo prefiero así, touch an go. Tengo muchas cosas por hacer”, desliza respecto de su postura en la pantalla chica, luego de su disputa mediática con Fabio La Mole Moli la semana pasada, cuando reemplazó en el jurado de ShowMatch a Carmen Barbieri, quien se tomó unos días de vacaciones para hacer lo propio, en estos días, con Reina Reech.
Como pocos, Moria maneja las reglas del juego a su antojo y sabe adherirse y emerger de las diferentes situaciones sin acusar lesiones. “Las peleas son un motor. Pero no todo el mundo puede salir: es muy difícil jugar ahí adentro”, describe la diva que nunca calla y se enfrenta con agudeza a quien se le cruce en el camino de la exposición. “No sólo tenés que tener cintura, sino mucha inteligencia, mucho sentido del humor, y tener claro el sentido común que es entrar y salir. Que no se compre lo que vende. Esto es un reality y no lo es. Un reality es un encierro en un lugar y tenés tiempo para elaborar cosas, ahí es una locura que de un show va a una cosa melodramática y de ahí a una cosa disparatada. Es una mezcla de cosas y de confesiones privadas muy fuertes”, analiza. “No todo el mundo puede entrar y salir. Eso depende de la gente y no todo el mundo sabe jugar. Es muy raro ese show”.
-Además de tu consabida cintura mediática, ¿qué hay en vos que a diferencia de tus colegas no se enrolla con lo que dispara y puede regocijarse en el show?
-Es una cuestión de personalidad; desde que debuté en esto que me bajo del caballo, desensillo y me bajo del escenario y cuando salgo a la calle me olvidé de todo. No pienso, ni me acuerdo, ni dependo, me olvido de todo. Soy absolutamente independiente. Yo juego con todo, entro y salgo y me divierto, pero hay que tener mucho humor y hay que estar muy plantada. No todo el mundo puede: como no se establece nada, no hay un guión, no hay una columna vertebral, es toda una impronta, es difícil. Depende de la noche, de la magia, de las características, del animador que es Tinelli, del show, de la locura, de la no locura, es muy raro. Y ahí también desconecto, en las partes que no me interesan leo. Cuando se establece un diálogo con alguien que a mí no me interesa y que por ahí te lleva cuarenta minutos, leo. No cuando están bailando, sino cuando es un diálogo entre los otros que a mí no me interesa. La semana pasada en Bailando, cuando se enganchaban en cosas que a mí no me importaban, me la pasé leyendo el libro Mujeres que corren con lobos. Es mi personalidad, no me engancho, entro y salgo.
Soy la “anti cliché”
Tras producir e instalar su sello en diferentes puestas teatrales y envíos televisivos, Moria Casán volverá al cine después de mucho tiempo. Además de intérprete, debutará como productora comercial de la película de Diego Rafecas Cruzadas, en la que intervienen Enrique Pinti, Nacha Guevara, Alejandra Majluf, Willy Lemos, Chachi Telesco, Claudio Rissi y Tomás Fonzi, entre otros. “Soy una mujer anti cliché. Hice tantas cosas. Yo nunca paro. El teatro ha sido mi constante, pero siempre he hecho de todo”, reafirma la madre de Sofía Gala. “Es la primera vez que produzco cine. En el verano voy a hacer teatro en Buenos Aires con Brujas y fui tentada por el productor Sebastián Cohen para hacer una nueva película. Estoy como volviendo al cine. Fui muy feliz haciendo las películas con Porcel y Olmedo y ahora con esta etapa que se abre. Creo que ésta es la película ecléctica que necesita el cine argentino”, dice la mujer orquesta que fue llevada a ese terreno a través de su nuevo novio, el joven Bruno Spineto.