Personal del Municipio de Quilmes desalojó a las personas que estaban en el lugar e incautaron gran cantidad de bebidas alcohólicas. El encuentro se iba a prolongar durante 24 horas.
En medio de un operativo de prevención para la seguridad de los vecinos, el Municipio de Quilmes intervino una fiesta clandestina que se desarrollaba en un salón de Ezpeleta y que tenía una duración estipulada de 24 horas, motivo por el cual secuestraron una inmensa cantidad de alcohol, desalojaron a las personas que estaban en el salón y lo clausuraron, en tanto que en sintonía realizaron controles en diversos locales bailables para corroborar que cumplieran con las normativas.
Se trata de un procedimiento que fue realizado durante el fin de semana pero que informaron en las últimas horas y que tuvo resultado altamente positivo para las autoridades. Así las cosas, buscan desbaratar este tipo de eventos ilegales que perjudican el bienestar de quienes viven en los alrededores y que tienen que padecer niveles de música altísimos, suciedad en las calles, descontrol y en muchas ocasiones hasta peleas en las puertas de sus casas.
Según informó el Municipio de Quilmes, agentes de la Agencia de Fiscalización y Desarrollo Económico, con apoyo de la Agencia de Ordenamiento Urbano y Seguridad Vial y la Secretaría de Seguridad del ente organizaron un operativo en el sector oeste del distrito sobre el corredor de la Avenida Calchaquí para apersonarse a corroborar que distintos locales bailables estuvieran cumpliendo con las normas impuestas el sábado por la madrugada.
Pero durante la jornada del domingo, como si eso fuese poco, tuvieron que seguir trabajando sobre la misma materia. Así las cosas, llegando a Ezpeleta y a pocas cuadras de entrar en Florencio Varela, a la altura del 5200, desbarataron una fiesta clandestina que se estaba realizando en un salón particular y que tenía como objetivo durar las 24 horas del día, con la música a todo volumen, bebidas de todo tipo y un desorden descomunal en las calles de la ciudad.
No tenían la habilitación correspondiente, motivo por el cual secuestraron todo el alcohol, desalojaron a los participantes y pusieron una faja de clausura para que no pudieran volver a ingresar. Lo cierto es que esto, junto con las actividades llevadas a cabo la noche anterior, fueron parte de un procedimiento que busca mejorar la seguridad para todos aquellos que viven en Quilmes.
Cuando se dan estos eventos, los vecinos sufren con la música, con los gritos, muchas veces las peleas y otras tantas el daño a la propiedad privada, como por ejemplo los autos que quedan estacionados en la vía pública. Es por ello que sin habilitación, no quisieron dejar que estas fiestas siguieran su curso. También es importante resaltar que pasaron a corroborar que los boliches cerraran al horario pactado y que no hubiera disturbios en las puertas.
El Municipio de Quilmes indicó que este tipo de operativos no cesarán por el momento y que irán a fondo para que las fiestas clandestinas no sean un riesgo para los quilmeños.