El Club de Ajedrez Deportivo Lomas de Zamora, ubicado en Temperley, suma adeptos para la confección de campeonatos a nivel distrital.
El Club de Ajedrez Deportivo Lomas de Zamora, ubicado en Temperley, gana terreno para que chicos y grandes se sumen a la actividad, poniendo el foco en un auge que se evidencia de la disciplina a nivel global y que tiene en la región a un espacio para cobijar a hombres y mujeres que disfrutan del movimiento de las piezas sobre el tablero.
Quien valoró el crecimiento desde hace unos años a esta parte es Alejandro Blanco, uno de los integrantes de la comisión directiva de la institución y que, viendo a lo lejos lo que se generaba cuando se juntaban para despuntar la labor en la Plaza Grigera, frente a la Municipalidad de Lomas de Zamora, disfruta del envión que se sostiene de la mano de una zona donde practicar.
"La actividad social en la plaza empezó cuando se juntaban todos los sábados por la tarde y ponían unos tablones con unas mesas para jugar", señaló. Y agregó: "Después esto fue creciendo con un espacio con otras actividades, donde me sumé a jugar, a participar primero en la mesa en la plaza y luego le fuimos dando forma de club".
En ese sentido, el protagonista resaltó su labor en la estructura. "Yo desde siempre me dediqué al tema de organizar. Soy tesorero en la comisión directiva desde hace cuatro años y me dedico a armar torneos y coordinar clases y horarios de la especialidad", afirmó.
A la hora de posarse sobre lo que ocurre con la gente que se acerca a la institución, comentó lo siguiente: "La verdad que a cualquier edad se puede aprender a jugar, a partir de los 4, 5 años, y siempre es muy satisfactorio, especialmente con las personas grandes que se animan, que a veces les da vergüenza, pero lo terminan disfrutando".
Así la situación, le quita un manto de preocupación sobre el ajedrez. "El imaginario colectivo dice que el ajedrez es para inteligentes, y la gente cree que no lo puede entender, que no está capacitada, pero siempre se aprende jugando", comentó.
Y añadió: "Es cierto que cuanto más precoz uno arranca en la actividad más posibilidades tiene de llegar lejos, a la elite, pero la práctica constante, el jugar torneos, hace que uno vaya evolucionando en el juego".
Sobre cuál es el itinerario de la entidad, Blanco destacó lo siguiente: "Organizamos el club y nos federamos en Buenos Aires, y participamos en torneos por equipos, que diseña la estructura. A su vez, nosotros, como club, armamos abiertos para toda la comunidad, que siempre está invitada".
Esa referencia es la que pregonó para sumar adeptos a la especialidad en la región. De hecho, lo explicó así: "Hace poco se hizo un torneo en una hamburguesería en Banfield. El dueño se contactó para hacer actividad en el lugar y ya se hizo algunas veces, siempre con resultados satisfactorios".
Ese ítem es el que resalta el protagonista junto a sus compañeros Diego Nedilski y Fernando López, profesores de largo recorrido, que observan cómo mejoró el panorama con el correr del tiempo.
"Era una debilidad no tener un espacio propio y por suerte este año lo conseguimos y ahora que estamos establecidos proyectamos que se sume más gente para poder tener un horario fijo de clases, porque es algo que antes no se podía porque dependíamos de horarios de terceros", señaló.
Y lo ejemplificó así: "Entre clases y talleres hay entre 15 y 20 personas, más los que se suman a los torneos los domingos, en los que hemos tenido 44 participantes en un primer campeonato este año, mientras que en los siguientes nos mantuvimos en un promedio de 30 jugadores".
Esos certámenes dominicales tienen un escenario predilecto. "Los torneos se hacen en el Club Gimnasia y Esgrima de Lomas. La gente del club se porta muy bien con nosotros, nos cede uno de los salones que tiene disponible desde hace ya dos años", comentó Blanco. "Allí hicimos el primer torneo que le pusimos Copa Lomas de Zamora, donde jugaron más de 80 personas, y desde ahí quedó el vínculo para organizar los campeonatos", resaltó.
Luego, el dirigente pregonó los elementos que valora del ajedrez, pues, según su visión, es "educativo, social y el deportivo, los tres aspectos que destacamos del club". "El social era lo que se hacía en las plazas; la educativa radica en usar el ajedrez como herramienta para otras actividades como geometría, historia, prácticas del lenguaje, letras, etc. Que sea medio para otros fines; y finalmente el deportivo, con el club como espacio para competir y estudiar", sentenció.
Y añadió: "Lo importante no es ganar sino progresar en la actividad, en el juego, porque cuando uno avanza va a ir perdiendo menos. El objetivo no es ser el mejor, sino ser mejor que el que jugó ayer".
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