Para reemplazarlo asoma Nicolás Biggeri. Las autoridades saben que deben reaccionar rápidamente para nombrar a quien lo sucederá, para seguir soñando con el ascenso.
La salida de Sergio Rondina dejó un hueco difícil de llenar en Quilmes, y con ello, una ola de incertidumbre que sacudió al mundo cervecero. Aunque el equipo todavía se mantiene en la pelea por los puestos altos de la Primera Nacional, el golpe institucional y deportivo por la salida del DT obliga a una rápida reacción para no perderle pisada a los líderes y seguir soñando con el ascenso.
"No es un club difícil, es un club hermoso. Estos meses los disfruté mucho, me han tratado muy bien", aseguró el propio Rondina en declaraciones a Radio FMQ, donde también dejó entrever sus ganas de tener una futura revancha: "Me gustaría volver, el tiempo dirá, pero no deseaba terminar de esta manera."
El ahora exentrenador deja un grupo competitivo, aunque en deuda con los resultados en las últimas fechas. La dirigencia trabaja a contrarreloj para definir su reemplazante y entre los nombres que comenzaron a sonar con más fuerza aparece el de Aníbal Biggeri.
El entrenador, de reciente paso por varios clubes del ascenso, aparece como una opción potable por su experiencia en la categoría. En su último paso por Chacarita, logró una campaña sólida con 27 triunfos, 19 empates y 15 derrotas, alcanzando una efectividad del 54,6%. En Ferro, tuvo un breve ciclo con 4 victorias, 5 igualdades y 4 caídas (43,6%), mientras que en Temperley, su registro fue más modesto: 2 ganados, 1 empatado y 4 perdidos (33,3%).
Por ahora, no hay confirmaciones oficiales, pero en los pasillos del Centenario saben que el margen es corto: el nuevo DT debe asumir pronto para aprovechar los días previos al reinicio del torneo y empezar a marcar el rumbo de cara al segundo semestre. En Quilmes, nadie quiere que el tren del ascenso vuelva a pasar de largo.