El Lechero despachó a su rival y alcanzó la línea de los 23 puntos, en la tercera colocación, a cuatro de diferencia de San Martín de Tucumán, el mandamás en la zona A de la Primera Nacional.
Tristán Suárez selló un triunfo sobre Arsenal que lo invita a soñar en grande. Es que el 3 a 1 a favor en Ezeiza le posibilitó alcanzar la línea de los 23 puntos, en la tercera colocación de la tabla de posiciones, a cuatro unidades de distancia de San Martín de Tucumán, el mandamás en la zona A de la Primera Nacional.
El Lechero, en alza en la competencia, mostró su mejor versión, dejó sin respuestas al rival de turno, y ahora se afianza en las alturas, dejando en el olvido una campaña pasada que lo evidenció entre los que peleó por mantener la categoría y evitar el descenso a la B Metropolitana.
Justamente, de sufrir con la permanencia en la temporada pasada a prenderse en la pelea arriba en la actual. El combinado de la región cambió su situación en un par de meses y, luego de un 2024 esquivo, se ilusiona con seguir batallando en este año para dar el salto a la elite del fútbol argentino.
Le ganó al Viaducto y sumó su sexto encuentro sin caídas en el campeonato, por lo que está tercero, en pleno podio, a tiro del Ciruja, habitual encumbrado y que en esta ocasión buscará, de una vez por todas, subir a la máxima división.
El Lechero se impuso por sus propios méritos y por las reiteradas falencias de un conjunto de Sarandí que se hunde cada vez más fecha tras fecha. Porque todavía no ganó en 2025, y así como no pudo de la mano de Martín Rolón -ahora retornado a Talleres de Remedios de Escalada-, ahora tampoco en el interinato de Gustavo Viscovich y menos en el inicio del ciclo de Darío Franco (dos derrotas en la misma cantidad de presentaciones).
¿Qué pasó en el cotejo? El anfitrión se puso en ventaja a través de un polémico penal que Ruiz transformó en gol, aunque el tanto en contra de Ostachuk hizo que el Arse soñara con lograr su primer grito en el torneo, algo que quedó imposibilitado. Es que dos errores vitales en el complemento lo dejaron con las manos vacías: Almirón sacó provecho de una floja respuesta de Pourtau y, el propio delantero estampó la diferencia, todo en un rato nomás.
Así se festejó, los hinchas se ilusionan, y ahora miran de reojo el próximo escollo, con la expectativa de avanzar a paso firme en la competencia.
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