Quilmeño |
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Matías y Ariel caminaban de la mano para ir a tomar el tren y por detrás dos sujetos comenzaron a insultarlos y a tirarles cerveza. Uno de ellos reaccionó a las provocaciones con un insulto y les devolvieron una lluvia de trompadas y patadas.
Una pareja gay sufrió un violento ataque homofóbico en inmediaciones de la estación de Quilmes, donde caminaban tranquilamente de la mano cuando dos sujetos comenzaron a hostigarlos por su condición sexual, hasta que uno de ellos reaccionó a las provocaciones con un insulto y, como represalia, ambos recibieron una lluvia de golpes.
El indignante episodio de discriminación, que se viralizó en las redes sociales y cosecho el repudio de cientos de usuarios, ocurrió el sábado 24 de marzo cerca de las 7 de la mañana. Matías y Ariel habían asistido a una fiesta y caminaban hacia la estación de Quilmes para tomar el tren en dirección a Lanús. Transitaban las calles sin molestar a nadie, conversando en tono bajo y tomados de la mano, como lo haría cualquier pareja.
Unos pasos más atrás venían dos sujetos que les decían cosas despectivas y tirándoles cerveza en la espalda. Cansado del maltrato, Matías se dio vuelta y lanzó un insulto para que dejaran de molestarlos. Sin embargo, esa reacción era lo que esperaban los agresores para dar rienda suelta a toda su violencia homofóbica.
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Uno de ellos le pegó una trompada en la nuca a Matías que le hizo perder la estabilidad. Intentó defenderse, pero no pudo evitar que le siguieran pegando, principalmente en el rostro. Ariel corrió la misma suerte. Terminó tirado en el piso mientras recibía patadas en todo el cuerpo.
El triste espectáculo fue observado por varias personas que se encontraban en la zona. Pero lo más triste fue que nadie se acercó a ayudar a las víctimas. Asustados, golpeados, desorientados y discriminados por el solo hecho de ser gays, así se sintieron Matías y Ariel cuando la gente que era testigo de la agresión sólo miraba y no se solidarizaba.
Para colmo, la terrible historia tuvo un capítulo que indigna aún más. La pareja, con visibles heridas en el rostro, se acercó hasta el ingresó a la estación de trenes y buscó refugio allí. No obstante, un empleado de seguridad les negó el ingreso por ocasionar “disturbios”.