En una visita exclusiva a El Quilmeño, uno de los emblemas del hockey en los Juegos Olímpicos de Río repasó el camino a la consagración, su pasado en el Metropolitano y todo lo que se viene a futuro.

En tan sólo un mes viví cosas hermosas que resumieron toda mi vida. En un tiempo récord fui papá y campeón olímpico", aseguró el oriundo de Berazategui Matías Paredes. La primera medalla de oro de la historia del hockey nacional, su consagración como figura, la lesión que lo marginó de la final y su flamante paternidad con la ex Leona Josefina Sruoga, todo en una charla exclusiva con El Quilmeño.

Como en una película rosa donde sobre el final se resuelven todos los conflictos y se cumplen todos los deseos, así fueron los treinta días que comenzaron con el desfile olímpico y culminaron con su paternidad.

"Antes de Río pensaba que iba a ser mi último Juego, pero ahora estoy en la etapa del '¿qué viene después?'. Primero trato de procesar lo que generó el oro olímpico y en cómo seguirá creciendo el hockey masculino, después pensaré qué voy a hacer con mi carrera en la Selección, porque viene el Champions Trophy en 2017, luego el Mundial y los Juegos de 2020. No lo definí, tengo que hacer un buen análisis", consideró Paredes.

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UN LARGO CAMINO AL ORO OLÍMPICO

Atrás de la medalla que cuelga de su pecho hay algo más que una inscripción: hay sacrificio, entrenamientos, cambios, compañeros e historia. "Pensar que me quedé afuera de Sydney 2000 y hoy tengo la dorada en el pecho. Veíamos que a las chicas, que les iba bárbaro, y notamos un crecimiento en nuestro equipo de varones. Entonces dijimos '¿por qué no ir por el oro?'".

El de Berazategui, afincado en Quilmes, ponderó el crecimiento del Hockey en la región, algo en lo que tanto él como los Leones y Leonas tuvieron mucho que ver: "Es impresionante lo que ha madurado este deporte en mi zona, hasta Berazategui tiene una liga municipal, y te da orgullo y alegría ver que cada vez más chicos se inician en este deporte. Si lo llevamos para todo el país, seguro que es aún mayor la dimensión, y eso se lo deben a las Leonas".

En lo que respecta a su campaña en Río, aún con la lesión en el pie en semifinales, Paredes sostuvo que no bajo los brazos, ya que no tuvo tiempo para pensar en su dolencia: "Estábamos tan cerca del objetivo que casi ni me importó la lesión. Yo quería ganar el oro y que todos estuviéramos en lo más alto. Esto es del equipo, no de uno u otro, es de todos. Lo buscamos y soñamos aún cuando fuimos undécimos y décimos en Atenas 2004 y Beijing 2008. Algunos nos decían '¿y chicos, ya tienen la de plata?' Y no queríamos la de plata, buscábamos el oro, nos mentalizamos de que una medalla había que llevarse de Río. Por todo lo que se viene trabajando en esta década".


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"HAY DÍAS EN QUE LO QUERÉS MATAR Y OTROS EN QUE LO AMÁS"

Para Matías Paredes, ser dirigido por Carlos "Chapa" Retegui es algo emocionante y gratificante. Se conocen desde hace casi 20 años y fueron compañeros en 2002, en los Juegos Panamericanos de 2003 y Atenas 2004, por lo que resplandece en la cara del de Berazategui el orgullo por su entrenador.

"La verdad es que el Chapa es increíble. Hay días en que lo querés matar y otros en que lo amas. Es impresionante la intuición y sabiduría que tiene, te enseña mucho y es un fanático, muy sanguíneo, lo vive con mucha intensidad. Lo que es y lo que transmite al equipo no se puede describir, tiene una actitud ganadora de raza. En las dos etapas con nosotros tuvimos buenos resultados y siempre nos alentó a dar todo, a enfocarnos en las fortalezas y no en las debilidades", reveló.

La relación con Retegui se sustentó no sólo en base a su conocimiento sobre el deporte y su capacidad de conducción, sino que una mística enraizada en lo más particular de la personalidad del "Chapa" fue lo que sirvió de base para apoyarse en los momentos más duros que vivieron en Río. Al respecto, Paredes aseguró: "Siempre digo que él tiene el celular, el Facebook, el Instagram, y el Twitter de Dios, ese plus lo tiene, lo sentís, lo ves. Esto parece una serie yanqui en que todo termina bien, todo feliz. Tuvimos grandes profes trabajando con nosotros y sin duda Carlos (Retegui) elige muy bien a su cuerpo técnico".

Paredes, al tiempo, dio cuenta de algunos condimentos de lo que sucedió en Río: "La diferencia de estos Juegos a los anteriores en que estuve es que acá los deportistas fueron mucho más abiertos y la infraestructura inclusive superior a la de Londres 2012, por ejemplo. Aparte, impagable que tu familia esté en la cancha. Viajaron muchos de mis amigos, mis padres y ex jugadores. Fue hermoso. Es más, tomamos mate con los chicos del básquet, Manu Ginóbili, Luis Scola, intercambiábamos ideas de nutrición, de viajes, de todo. Y te trataban como a uno más, lejos del lujo, nos hacían tener el sentido de pertenencia".

A su vez, confió lo llamativo que fue este Juego para muchos de los Leones: "La mayoría veníamos jugando juntos desde 2005 o 2006 y los chicos que quedaron de Reserva para Río, no se imaginaban que tenían que entrar justo por dos lesiones. Me acuerdo el mensaje que le dimos a Luca Massó, a Tomás Santiago y a Isidoro Ibarra, los hicimos sentir parte del logro y les dijimos que "este Juego es de ellos". Massó es el nieto del varias veces campeón del Tour de France Eddy Merckx, un deportista emblema en Bélgica, y valoramos mucho que él se haya decidido por la Argentina. Lo cargábamos y le decíamos que 'él nació con el éxito' y era obvio que tenía que ser campeón olímpico".


"JUANITA LLEGÓ CON LA DORADA BAJO EL BRAZO"

No sólo la vida del campeón olímpico florece por lo conseguido en Río 2016, ya que hace pocos días fue padre primerizo de Juana, la beba que le roba el corazón, y que lo hace muy feliz junto a Josefina Sruoga, medalla de plata con las Leonas en Londres 2012.

"Estoy acostumbrándome a los horarios. Entre que salí de la operación del pie y luego sobrevino el trabajo de parto de Jose, fue la semana más feliz y ajetreada de mi vida. Todos los días aprendo algo nuevo y estoy profundamente agradecido. La verdad que llegó con la dorada bajo el brazo", señaló Matías Paredes, orgulloso de la familia que formó.

Ambos protagonistas coincidieron en el Mundial de La Haya en 2014, aunque ella, con muy corta edad, decidió retirarse de la Selección: "Siempre le digo que cuando quiera puede volver a las Leonas, cuando ella sienta las ganas y la convicción".

Por otro lado, valoró el hecho de seguir el legado de sus padres: "Mis viejos se conocieron en Ducilo porque los dos jugaban al hockey y Juanita repetirá la historia conmigo y su mamá. Es increíble poder contarle a la nena cuando sea grande lo que vivieron sus papás y aún más cómo se conocieron los abuelos. Siento que le vamos a dejar mucho a Juani, indudablemente va a salir deportista, sea en hockey o lo que a ella más le guste, será inevitable".
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