Este procedimiento se ejecutó pese al fallo judicial que autorizaba la apertura de la confitería Ink, ex Cinema. El operativo estuvo encabezado por el subsecretario de Comercio de la comuna, Juan Pablo De Maio.
Como se recordará el municipio ya había clausurado este local bailable en abril pasado debido a que se les había denegado la habilitación para funcionar como bar y boliche bailable.
Cabe mencionar que Ink estaba reabriendo sus puertas en la esquina de Brown y Garibaldi luego de que la Justicia a través del fallo judicial emitido por el juez en lo Contencioso Administrativo Nº 1 de Quilmes, Hugo Guarnieri, que dio lugar a un recurso de amparo presentado por los propietarios. El local había sido cerrado en abril pasado por el municipio, cuando se realizaba la fiesta de inauguracion.
Durante la semana pasada, el boliche quilmeño había anunciado su nueva apertura amparándose en el fallo del juez, sin esperar que la comuna vuelva a clausurarlo por falta de habilitación.
En este sentido, desde la comuna se informó: "Había muchas anormalidades, por lo que fue clausurado para preservar la seguridad de la gente", aseguró De Maio, quien explicó la situación de que haya dos fallos, el de un juez a favor del municipio y el de otro en contra. "El fallo (del juez Contencioso Administrativo Hugo Guarnieri) se refiere al control de las medidas de seguridad e higiene y nos limitamos a ocuparnos de eso. Con los inspectores del área de Planeamiento se hizo un relevamiento del local y nos encontramos con que las medidas de seguridad eran escasas: las puertas de seguridad eran chicas, no tenían las rampas, y tampoco estaban declarados en los planos los ventanales, es decir que había muchas anormalidades de seguridad. En base a todo ese procedimiento de inspección técnica integrada fue clausurado para preservar la seguridad de la gente que estaba convocada para ese día".
"Tenían anunciada su apertura durante todo el fin de semana, con venta de entradas, venta de alcohol sin REBA, por lo que también se lo clausuró por falta de la oblea. Hablamos de un bar que tiene venta de entradas, algo que no está permitido, y sin embargo nosotros tranquilamente fuimos y las compramos; entradas que son calcomanías escritas a mano que dicen "reserva para cuatro personas", para el día tal, el importe y sin firma de nadie", afirmó el subsecretario, quien expuso que además en el local "se relevaron 30 personas sin documentación ni libreta sanitaria".