Con mucho tesón y empeño, este químico nacido en Hamburgo (Alemania) el 8 de febrero de 1794 se convirtió en uno de los pocos farmacéuticos que hizo gala de un doble doctorado en el siglo XIX, pero eso no le alcanzó para convencer a los empresarios de la época d invertir en sus hallazgos para sacar rentabilidad de los mismos.
Con sus títulos bajo el brazo, Ferdinand Runge fue el responsable del hallazgo del alcaloide cafeína, la anilina, el fenol, la quinina, el pirrol, la atropina, los tintes de alquitrán y la cromatografía.
Un encuentro fortuito con Johann Wolfgang von Goethe en 1820 fue el desencadenante de su descubrimiento más importante. El profesor de química de Runge en la Universidad de Jena, invitó a Von Goethe a que observara cómo el joven estudiante era capaz de dilatar la pupila de los gatos con un extracto de la planta de belladona.
Asombrado, el poeta y científico le propuso analizar unos granos de café. Gracias a ese desafío, el químico fue capaz de determinar qué sustancia es la que actuaba en los seres humanos al consumir esa infusión.