Bryko es una palabra griega que quiere decir: rechinar los dientes, enfermedad que es la costumbre involuntaria de apretar o rechinar las estructuras dentales. Este hábito/enfermedad afecta a entre un 10% y un 20% de la población; y entre los males que provoca el peor es el desgaste excesivo de la dentadura y suele ser muy molesto para personas que están cerca.

El bruxismo o bruxomanía que afecta a adultos o niños sin distinción de sexo; aunque la edad más frecuente de inicio está entre los 17 y los 20 años, y la remisión espontánea se suele producir después de los 40 años de edad en los casos de bruxismo crónico, aunque puede desaparecer por sí solo en cualquier momento de la vida.

Según la manera rechinar los dientes, el tipo de bruxismo que sufra el afectado, lo perjudicará de diferente manera. Por ejemplo, si se sufre: bruxismo céntrico (apretamiento), daña el cuello de los dientes provocando generalmente dolores cervicales, siendo los premolares las piezas más comúnmente dañadas por su posición en la mandíbula. Además de acompañarse de cefaleas.

Si se padece de Bruxismo excéntrico (frotamiento), daña el borde incisal (la parte filosa del diente que corta la carne, por ejemplo) generando perjuicios en distinto grado. Los movimientos de la mandíbula siguen un patrón definido que se relaciona con el desgaste en las piezas (al momento de deslizar los dientes, los desgastes son coincidentes), afecta mayormente a los incisivos.

Ambos tipos de bruxismo pueden ser simultáneos en un mismo paciente y lo signos en las piezas dentales pueden estar o no presentes según la intensidad y duración de los episodios. Además, suelen confundirse con otras lesiones (no cariosas) provocadas, por ejemplo, por un cepillado incorrecto y traumático.

El bruxismo que se manifiesta durante el sueño (antes llamado bruxismo nocturno): generalmente, el paciente bruxómano nocturno no es consciente del problema, y los datos de esta actividad dental proceden de los compañeros de cama o habitación alarmados por el ruido de los dientes, y también de los dentistas que observan la destrucción del esmalte y la dentina. Aparece en las etapas profundas del sueño. En un ciclo de sueño de 8 horas, los episodios bruxómanos bordean los 17 y 38 minutos en promedio por noche.

El Bruxismo de vigilia (antes bruxismo diurno): Ocurre durante el tiempo que el afectado está despierto, generalmente de manera inconsciente y suele estar asociada a periodos de estrés laboral.

Hábito gradual
Grado I
(Hábito Incipiente): La presentación no es agresiva, su reproducción es por un corto período y a veces de forma ocasional, aunque puede ser inconsciente para el paciente, es reversible ya que aparece y se desvanece por sí solo, puede desaparecer cuando el sujeto lo hace consciente, puede estar condicionado a factores locales dentro de la boca, que al ser detectados y eliminados con prontitud permiten la prevención y eliminación del mismo. La ansiedad puede estar ausente en el paciente.

Grado II (Hábito Establecido): En este grado la ansiedad ya se encuentra presente, la reproducción está condicionada a los factores facilitadores, la presentación es inconsciente para el paciente y desaparece cuando el sujeto lo vuelve consciente, en esta etapa pueden encontrarse presente lesiones en las estructuras dentofaciales por lo que se requiere de un tratamiento integral para asegurar su eliminación. El hábito grado II puede ser reversible, si no es tratado puede desarrollarse en un hábito Grado III.

Grado III (Hábito Poderoso): La reproducción es constante hasta dentro del entorno familiar y social por incorporación del paciente. La presentación se encuentra fortalecida y bien establecida, es excesiva e irresistible para el sujeto que la padece aun siendo consciente. Las lesiones en las estructuras dentofaciales son de considerable magnitud y en algunos casos las lesiones son permanentes. El hábito poderoso es de difícil manejo y los resultados del tratamiento suelen ser insatisfactorios, por lo que se requiere de la mayor atención y dedicación en el desarrollo de técnicas por parte del odontólogo que las implementa.

En los últimos años se encontró una solución para quienes sufren bruxismo durante el sueño. Se trata de un elemento que evita que los dientes se desgasten: se trata de la férula. Es una especie de protector dental como los que usan los boxeadores, pero que el odontólogo hace a la medida, son casi imperceptibles, no perturban el sueño y son suaves y flexibles que, además, ayudan al afectado a ir dejando este hábito.

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