No existen muchas referencias sobre la vida de San Jorge, aunque sí algunas leyendas. Se cree que posiblemente era un soldado que murió mártir en Lydda, Palestina. Sin embargo, en el siglo IV fue objeto de veneración en Dióspolis (Palestina), donde había una iglesia construida en su honor. Su culto se difundió desde la antigüedad por Oriente y Occidente y se conmemora el 23 de abril. Es considerado protector de Cataluña y de Aragón. La leyenda de San Jorge se originó en Oriente y luego se difundió en Occidente durante las Cruzadas, une el martirio sufrido por el santo, y el mito pagano de la victoria sobre el dragón, cristianizado a su vez por las fuentes medievales. La versión más antigua de la pasión del mártir indica una referencia de importancia, el día del martirio del santo, que tuvo lugar “el octavo día antes de las calendas de mayo a la hora sexta”; es decir el 23 de abril al mediodía.
La leyenda del dragón convirtió a San Jorge en un caballero vencedor de la tiranía. La ciudad libia de Silca estaba dominada por un terrible dragón que se ocultaba en un lago y al que había que alimentar para que no fuese a reclamar su comida a la ciudad. Cuando no hubo mas comida, comenzaron a sacrificar a los propios habitantes, hasta que un día le tocó a la hija del rey. La joven princesa resignada a su destino se disponía al sacrificio, cuando apareció San Jorge, se enfrentó al dragón y lo doblegó. Cuando todos los habitantes de Silca se convirtieron al cristianismo, San Jorge mató al dragón.