La Bestia es un juego francés de cartas que se practica desde el siglo XVIII. El objetivo es ganar más bazas que los otros jugadores. Para no ser penalizado hay que ganar por lo menos una baza. El número usual de jugadores que participan en una partida de la Bestia varía entre 3 y 8. Se usan barajas francesas.
Si son 3 los participantes, se juega con 28 o 32 cartas. Es decir, se retiran del 2 al 6 o al 7 de los cuatro palos. Para cada jugador, a partir de 3, se añade el siguiente grupo de 4 cartas del mismo índice o los 2 grupos siguientes.
En cada palo, el orden es con el as como carta más alta y el dos como la menor. De mayor a menor: as, rey, reina, jota, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, tres y dos, si se utiliza la baraja completa. Con la baraja incompleta el orden no se altera ya que, puede observarse, se retiran inferiores de cada palo.
Cada jugador, en su turno, echa una de sus cartas, que deberá ser del mismo palo que la carta de salida (asistir), es decir, la inicial de la baza y superior a las jugadas anteriormente en la misma baza (matar) si no se tiene carta del palo de salida, es obligatorio jugar una del palo de triunfo (fallar), que en caso de no ser el primer triunfo de la baza, deberá ser superior a los anteriores (pisar). Sólo en caso de no asistir ni fallar o, se puede pisar y se echará una carta cualquiera (descarte). Hay que tener en cuenta que siempre es obligatorio asistir y, si no se mata, se jugará una carta del palo de salida. En cambio, si se tiene que fallar pero no se puede pisar, no es obligatorio subfallar, se puede hacer un descarte. Gana la baza el jugador que ha echado la carta mayor del palo. El jugador que gana una baza tiene la salida en la siguiente.
¡A jugar!