El titular del Centro de Almaceneros y Autoservicistas de Avellaneda, Juan Imbroiniso, planteó la situación de la venta minorista de alimentos y de otros rubros, y recalcó que "sin PyMES no hay futuro", considerando como tal a las almacenes, verdulerías, carnicerías y ferreterías, porque "son los comercios con los que se maneja día a día la economía de los hogares". También, señaló que pese a todo "los almaceneros venden porque tienen mejor calidad que los supermercados y siempre fuimos la primera tarjeta de crédito, la libreta negra que sigue existiendo". Pero teme "una hecatombe por hambre"
Imbroiniso, frontal como siempre, señaló que "la situación es grave para todos, los almaceneros estamos preocupados por lo que vemos de nuestros vecinos, chicos y jubilados pasan una vida miserable. Jamás hubiera pensado que a mi edad, 75, con 40 años de almacenero y 35 de dirigente, viviría el sufrimiento en el entorno de nuestros barrios. El mostrador es el termómetro, es el muro de los lamentos. Vendemos porque vendemos más barato que los súper y la gente compra lo indispensable a diario, a veces dos o tres veces si le entró plata. El almacenero mantiene la atención personal, hasta todavía va la yapa".
El también dirigente de la Federación bonaerense, destacó que "el aumento de servicios produjo que al día 20 la gente no tenga más dinero, pida fiado y es el almacenero el que responde. Caminar por Mitre muestra la cantidad de cortinas bajas en todos los rubros. Acá sin PyMES no hay futuro, tiene rubros que mueven dinero a diario, es la gente que tiene que comer, principalmente. Pero esta crisis aun no tocó fondo y es responsabilidad del gobierno".
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Juan Imbroiniso, le advirtió a los políticos que "la gente tiene hambre y puede ir a buscar la comida, temo una hecatombe, y que el gobierno tome en cuenta lo que digo".
En cuanto al sistema de impuestos, dijo "faltan controles para que la comercialización no sea en negro un 50 por ciento, el control mejoraría la calidad, mucho más en la alimentación. La empresa bajan los gramajes de los productos pero los cobran más, es menor el peso envasado. Cómo puede valer 400 pesos el kilo de galletitas, hay más valor en el empaque que en el contenido. La mitad de la comercialización es el negro, a precio final, no hay IVA que valga, salvo a nivel de producción y mayoristas. Y es así".
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