Los municipios de Lomas y San Vicente convocaron a sus respectivos Comités de Crisis, mientras que Brown y Echeverría dispusieron operativos de asistencia desde la madrugada. Pero hacen falta inversiones.
La fuerte tormenta que se desató el martes a la noche sobre el área metropolitana volvió a desnudar las serias falencias que aún padecen los distritos del Sur del Gran Buenos Aires en materia de infraestructura urbana. La mejora climática dio un respiro para comenzar a normalizar la situación, pero pronostica que mañana volvería a llover.
Aunque no hubo evacuados ni heridos, la indignación vecinal quedó reflejada en las redes sociales, donde publicaron quejas, críticas a las autoridades y fotos del desastre.
Es necesario aclarar que se trató de otra lluvia "extraordinaria", en la que cayó más de 100 milímetros en unas 12 horas, pero el cambio climático augura que tendremos que acostumbrarnos a este régimen.
Desborde de arroyos y de zanjas, muchas de ellas obstruidas por residuos que no se recogen, viviendas inundadas y calles anegadas que aislaron los barrios, cortes de servicios y semáforos sin funcionar fueron algunas de las visibles consecuencias que ocasionó el temporal. El riesgo a contraer enfermedades por tomar contacto con aguas contaminadas o convivir con la humedad permanece latente.
La voladura de techos, caída de postes y de árboles, suspenciones temporarias del transporte públicos fueron otras de los problemas que se suscitaron en esos días.
La situación no hace más que exhibir con toda crudeza la falta de inversión en obras hidráulicas y de infraestructura de servicios urbanos que den respuesta a la constante expansión de asentamientos en la periferia y de torres en el centro.
Así, Ingeniero Budge, Fiorito y Villa Lamadrid fueron las localidades más afectadas de Lomas de Zamora; los barrios rurales de San Vicente quedaron aislados por los anegamientos y sin energía eléctrica; mientras que en Almirante Brown fueron Glew, Longchamps, Burzaco, San José y San Francisco Solano los sectores más afectados. En Esteban Echeverría, 9 de Abril, fue el que más sufrió.
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