El entrenador de Temperley analizó lo que dejó el duelo ante Brown de Adrogué y habló del presente de un plantel que consiguió todo lo que puso en juego en su estadio.
Pasaron Morón, Quilmes y Brown de Adrogué por el Alfredo Martín Beranger y se fueron con las manos vacías. Temperley obtuvo tres triunfos al hilo y comenzó a encarrilar su posición dentro de la tabla de la Zona B de la Primera Nacional. "Conseguir los nueve puntos era un anhelo nuestro y por suerte pudimos lograrlo. Sabíamos que no iba a ser fácil, pero logramos ese objetivo y nos permite estar más cerca en la tabla de arriba", afirmó el entrenador del Gasolero, Walter Perazzo.
El partido ante el Tricolor dejó mucha tela para cortar en un Celeste que se volvió a encontrar con un fantasma poco usual: como ante Chicago, tenía jugadores de más y no podía traducir el dominio en peligro. Juan Gabriel Frías estuvo atento y, tras una mala salida del arquero visitante, dominó y mandó la pelota a la red. Pero, a nivel rendimiento, a más comodidad, a Temperley le cuesta más.
"Un partido se dio cuando éramos once contra once, y otro distinto cuando fuimos diez contra once. Cuando estábamos en igualdad se vio lo mejor nuestro: manejamos la pelota, generamos muchas situaciones y ellos prácticamente no nos inquietaron. La expulsión hizo que se confundieran los caminos, comenzamos a acelerarnos y a perder la paciencia", explicó Perazzo.
Además, sobre el planteo de su rival de turno, el director técnico del Gasolero comentó: "Es un equipo que va último y que lo primero que quiere es no perder. Ellos con sus armas trataron de buscar el cero y después, con uno menos, creo que esto fue más notorio todavía".
Finalmente, con los cuatro nuevos en su plantel, con uno ya como titular, el orientador táctico del elenco de Turdera expresó: "Los refuerzos que llegaron tienen toda mi confianza".
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