Los juzgados de Oakland acogen el juicio contra Apple por presuntas prácticas monopolísticas por la demanda presentada por Epic Games, una batalla legal que podría tener consecuencias para el lucrativo negocio de la tienda virtual de aplicaciones App Store.
En el centro de la disputa se halla la pregunta de si App Store -una de las principales fuentes de ingresos de Apple- es un monopolio y la empresa del iPhone se está aprovechando de ello y perjudicando a los consumidores, tal y como sostienen desde Epic, o si por el contrario compite libremente con alternativas como Google Play, como argumenta la defensa.
Si tras escuchar a los numerosos directivos de empresas tecnológicas llamados a testificar en las próximas tres semanas -entre los que estará el consejero delegado de Apple, Tim Cook- la jueza federal Yvonne González Rogers termina dando la razón a Epic, el terremoto en la industria podría ser mayúsculo.
Cabe destacar que Apple y Google controlan casi la totalidad del mercado de sistemas operativos para móviles a nivel mundial y ambas compañías cobran a los desarrolladores una comisión del 30 % por las transacciones que se llevan a cabo a través de sus tiendas digitales, una política a la que un fallo contrario podría obligarles a renunciar.
Epic también ha demandado a Google por el mismo motivo y está previsto que el juicio se celebre en los próximos meses, presidido por la misma jueza que en el caso de Apple, por lo que es previsible que lo que ocurra ahora afecte también a la empresa del buscador de internet.
"Este jardín podría haber tenido una puerta, no había ninguna razón por la que tuviera que estar cerrado", espetó en sus argumentos iniciales la abogada Katherine Forrest, quien representa los intereses de Epic.
Forrest se refería, así, a la popular descripción de la App Store como un "jardín vallado" de Apple.
La abogada de Epic argumentó que la empresa del iPhone encierra a sus clientes en este jardín y no les deja salir, y apuntó a documentos internos intercambiados entre directivos de la compañía en los que precisamente debatían sobre cómo lograr este ecosistema cerrado.
Por su parte, la defensa de Apple, representada por Karen Dunn, acusó a Epic de no querer pagar las tarifas que pagan el resto de desarrolladores, de estar buscando un "acuerdo al margen del resto" y de haber decidido invertir en abogados y relaciones públicas en lugar de en innovación.