Google presentó el nuevo Pixel 4 –y su versión más potente, literalmente XL-, el teléfono con el que quiere morder un mayor trozo del pastel de la telefonía móvil y aspirar a entrar en el olimpo de las ventas, copado por Samsung, Huawei y Apple, que en la primera mitad del año se han llevado más de la mitad de la cuota de mercado de smartphones, según los datos del primer y segundo trimestre de la consultora IDC.
El nuevo móvil del gigante informático, que estará a la venta por un precio a partir de 799 dólares, pretende atraer al usuario con un sensor de movimiento que acelera el reconocimiento del rostro para el desbloqueo y permite contestar llamadas o silenciarlo sólo con hacer un gesto con la mano.
Pero, sobre todo se puso el foco en su nueva cámara, el elemento estrella, que incorpora un segundo objetivo, frente a los modelos de otras marcas que ya incluyen tres e incluso cuatro como Huawei Mate Pro, ofrece, según explicó el ingeniero Marc Levoy, una mejor operatividad para los retratos, la fotografía nocturna y un zoom óptico y digital con una mayor resolución.
Esta "mayor calidad" se consigue gracias al nuevo sistema "Live HDR+", que según Levoy permite fotografiar de noche la "Vía Láctea".
Además, la cámara del Pixel 4, que por primera vez funciona con un procesador propio diseñado por la firma, ofrece dos mandos para controlar el brillo y la exposición antes de tomar la fotografía y directamente en la pantalla.
Sin embargo, en la presentación no se hizo mención a las posibilidades que ofrece el nuevo celular para la grabación de video.
A través del asistente de voz de Google, los diseñadores del Pixel 4 también han querido hacer hincapié en la naturalidad y la intuición del uso de la voz para facilitar las búsquedas y la organización de las tareas diarias.
Pero sobre todo pusieron el acento en la seguridad, y aseguraron que las nuevas opciones ofrecen al usuario la posibilidad de ordenar el borrado de datos como la última consulta.
La seguridad y la privacidad han sido dos cuestiones que han surgido a lo largo de toda la presentación.
En este sentido, los distintos oradores han reconocido que tanto el móvil como los asistentes recogen parte de la información más privada de los usuarios y que esta debe permanecer controlada por sus dueños.