El ranking quedó igual, pero sus protagonistas ya no ven todo con los mismos ojos. Tras la caída de Rafael Nadal (2), Andy Murray defendía el "1" de los embates de Novak Djokovic (4), el único en carrera que podía arrebatárselo en Wimbledon. Nada de eso pasó. Los dos perdieron, terminaron con lesiones serias y con el futuro borroso.
Además de desplegar un juego calificado como “molesto” por muchos de los tenistas grandes a los que supo cómo ganarles (Juan Martín Del Potro, Nadal, Djokovic), el estadounidense Sam Querrey (28) aprovechó los problemas que acarreaba Murray desde antes de que comenzara el torneo. El escocés se había bajado de la exhibición de Hurlingham, en Londres, para estar a pleno.
"Tengo problemas de cadera desde muy joven. No es nada grave lo de ahora, es solo una molestia que ha surgido en las últimas semanas y puedo solventar tomando algún antiinflamatorio", decía días antes de comenzar en la Catedral ante la preocupada prensa británica.
Sin embargo, y a pesar de afirmar que se sentía mucho mejor de cara a Londres, Murray se fue afectado, con peores dolores de los que mostró en el encuentro. "Todo el torneo me ha dolido un poco la cadera. Pero he intentado dar lo mejor hasta el final. Es decepcionante perder en Wimbledon. Estoy triste de que todo haya terminado", se lamentó
Cauto, analizará si jugará o no lo que queda de la temporada, aunque en primer término se someterá a estudios con su equipo médico. "Quiero mirar un poco más a largo plazo. Al US Open, no sé… a seis, siete semanas de distancia tal vez, algo así", intentó clarificar.
Mientras tanto, en Gran Bretaña acuden al más allá para que se cure pronto. El psíquico Uri Geller pide a todos para que se acuda a las buenas vibras y el mal se aleje: “Todos debemos enfocarnos en darle energía positiva para poder ayudarlo”. The Sun sigue su consejo y como si se tratase de una imagen de San Jorge ordena: “Ponga una mano sobre Andy”.
Del lado del serbio todo se complica más. Alicaído, en la conferencia de prensa post derrota ante Tomas Berdych (15) no escondió su malestar y preocupación: “Puede que me pierda lo que queda de la temporada”.
"Desde que tengo esta lesión, nunca antes había sentido tanto dolor. Obviamente no es una buena señal, pero veremos lo que dicen los médicos y de qué manera modificamos el calendario”, lanzó el tenista, que agregó una sentencia dolorosa: “Posiblemente no pueda jugar el Abierto de Estados Unidos".
Desde que comenzó Wimbledon los retiros estuvieron en el ojo de la tormenta. Once en total: nueve en el cuadro de hombres, dos en el de mujeres. Nole consideró que se debe a “a que el tenis profesional se ha vuelto más físico en los últimos años”. Finalmente hizo una pausa y comparó todo con Andy: “Al final, somos seres humanos”.