Las exhibiciones en el mundo del tenis apuntan cada vez más a las estrellas y a un terreno millonario. La publicidad que atraen los grandes tenistas se traducen en un atractivo que vende por sí solo y llena estadios. Eso se espera que ocurra entre el 22 al 24 de septiembre en el O2 Arena de Praga, República Checa. Allí desembarcó Roger Federer con la Laver Cup, un torneo que lo junta con Rafael Nadal en un formato de “Europa contra el resto del mundo”. Y allí estará Juan Martín del Potro.
Similar a lo que intenta el International Premier Tennis League, una liga anual de fin de año que se disputa en Asia entre varios equipos conformados por estelares e impulsado económicamente por magnates de qataríes, este certamen no será mixto, sino únicamente para los varones.
El proyecto pertenece a Team 8, una firma del suizo que tiene como objetivo la representación de jugadores y la organización de grandes eventos.
“Va a ser un torneo duro, de partidos difíciles, esa es la idea de la Laver Cup. Así lo ven los capitanes. Queremos representar a Europa con orgullo”, manifestó a comienzos de año Federer en la ciudad checa.
En esta confrontación entre el viejo continente contra el resto del mundo tenístico estarán, por el lado de los europeos, Rafa Nadal, Dominic Thiem, Alexander Zverev, Tomas Berdych y Marin Cilic. Ese grupo estará capitaneado por Björn Borg.
Del otro bando, Milos Raonic, Juan Martín Del Potro, John Isner, Sam Querrey, Jack Sock y la joven estrella canadiense Denis Shapovalov, quienes serán conducidos por John McEnroe.
El formato de competición será de cuatro partidos por jornada, con tres individuales y un dobles al mejor de tres sets. Pero en caso de empate a un set, el desempate será con un súper “tie break” de 10 puntos. Será triunfadora la formación que llegue antes a los 13 puntos.
Los partidos del viernes valen un punto, los del sábado dos puntos y tres los del domingo, sobre 24 puntos totales en juego.
El campeonato, que no reparte puntos para el ránking ATP y se desconoce el dinero para cada tenista, aparece en un contexto ideal: en breve se estrena en los cines la película Borg vs. McEnroe, y Nadal defiende el número uno ante los embates de Federer hasta fin de año. Ambos jugarían en el dobles… show business.