Recostada sobre las Sierras de Comechingones en el noreste de San Luis, la ciudad de Merlo, se consolida como lugar ideal para el turismo aventura, con propuestas de tirolesa, cabalgatas, cicloturismo, escalada, trekking, recorridas de arroyos y cascadas, vuelos en ala delta y paracaidismo, todo combinado con exquisita gastronomía, tardes de té y un recorrido por los misterios del mundo de los hongos.
Este lugar ofrece en sus alrededores cada vez más cantidad de atractivos, sobre todo en el rubro de turismo aventura, ya que cuenta con más de dos tirolesas de 200 a 300 metros de recorrido, a casi 50 metros de altura, circuitos para cabalgatas, cicloturismo y trekking de diversos niveles de exigencia, además de dos balnearios municipales y gran cantidad de arroyos serranos.
Un atractivo único y especial es el de vivir la experiencia de “comechingones” -el pueblo que habitaba el lugar hasta la llegada de los españoles- que se ofrece en el Parque Temático Yucat, donde los chicos podrán pintarse como indios y bailar para pedir que llueva, disparar flechas o descansar en las casas semienterradas de los habitantes originarios. Por otra parte, la reserva de Mogote Bayo, con sus puentes colgantes y sus senderos entre hierbas de todos los aromas, es un paseo obligado para descubrir la diversidad de fragancias que se diseminan por el lugar.
Una novedad que se ha desarrollado en los últimos tiempos es la aparición de las casas de té donde se ofrecen todo tipo de blends en ambientes apacibles que invitan al sosiego, las charlas íntimas y el disfrute del paisaje.
Época de termas: dónde encontrarlas muy cerca de casa
Dos de estos establecimientos son “Delicias del Bosque”, de Paula Rufino y “El Angel Azul”, ésta última con la atención de sus dueños que amenizan con amabilidad los atardeceres coloridos que se observan a través de los ventanales de su local.
En la zona de Pedra Blanca se encuentra la tienda “Fermín, arte de autor”, donde es posible conseguir increíbles antigüedades y nuevos diseños originales de cerámica, pintura o mueblería, con curiosidades como una boletería del teatro Atlas de Buenos Aires.
Recientemente se inauguró la casa del poeta, dedicada a Antonio Esteban Agüero, el autor de La Mazamorra, que ahora es cita obligada para conocer a este juglar pero además, como la ciudad no tenía un cine, es donde se pueden apreciar distintos tipos de muestra de arte, pintura, música y escultura, ya que se convirtió en un centro cultural.
Agüero, vecino de Piedra Blanca, escribió: “Un día, siquiera por semana, ensayemos el oficio humano: Paremos el reloj, ocultemos el calendario; no abramos periódico ni libro, ni escuchemos radio, y tomemos un ómnibus cualquiera que nos conduzca al campo”, una oda que define a la perfección el bucólico paisaje de la Villa de Merlo.
Además de todos estos atractivos, la villa cuenta con un exótico emprendimiento familiar conocido como “Mundohongo”, en el que se cultivan y degustan una innumerable variedad de estos organismo sin clorofila.