Conforman su marco de naturales intactos arenales blancuzcos que penetran la vegetación de montecillos y la fauna silvestre que deambula en los parajes casi vírgenes.
Una calera abandonada, una industria molinera de larga data, una fachada conservada en memoria de lo que fuera muchos años atrás y el mercado local anticipan la valoración histórica de esta ciudad entrerriana, que se completa con museos, la casa de Martiniano Leguizamón y la antigua iglesia.
Pero en el punto exacto donde los departamentos Tala y Uruguay se funden, se advierte uno de los atractivos más cautivantes de la zona; las ruinas de lo que fuera el rancho de Atahualpa Yupanqui a la vera del río Gualeguay, en un entorno de inigualable encanto natural, entre los espinillos y los árboles de mora, al ritmo silencioso del montecito. El río es el gran protagonista para los turistas que visitan la ciudad de Rosario del Talar, recostada sobre las aguas del Gualeguay, en un terreno geográficamente ondulado y desenvuelto entre montes, que seduce a despertar la adrenalina con excursiones y actividades deportivas.
Los paseos en canoa dejándose mecer por la serenidad encantadora del paisaje entrerriano, la pesca deportiva guiada por baqueanos del río, las caminatas por el monte entre espinillos y moras y las cabalgatas se ofrecen en la propuesta de recreación al aire libre de la bicentenaria Rosario del Tala.
Los avistajes y safaris fotográficos también son opciones interesantes de este destino, invitando al descubrimiento de especies autóctonas como el guazuncho, el carpincho, la mulita, el ñandú, el pato picazo, el cisne de cuello negro, la martineta, la perdiz, la garza mora, etc., además de los cuervos, zorrinos, comadrejas, chimangos y otros.
En una fase muy atrevida, Rosario del Tala despliega sus espacios a la práctica de deportes náuticos, como esquí acuático, la motonáutica o las competencias de enduro por circuitos naturales de notable desafío.
Instituida como viceparroquia Nuestra Señora del Rosario, a raíz del pedido de un grupo de vecinos escuchado por el entonces cura de Gualeguay y posteriormente por el Virrey Gabriel de Avilés y del Fierro, su fecha de nacimiento coincide con la fecha de fundación que toma la localidad de Rosario del Tala: 7 de noviembre de 1799, ya que sería el centro de los asentamientos poblacionales producidos de allí en más.
Actualmente, concentra las actividades religiosas de la ciudad, erigiéndose con su característica arquitectura en la planta urbana.
Plaza Libertad
Engalanada por una fuente de agua donde nadan peces de colores y también por el Monumento a los Fundadores; es la plaza más importante de Rosario del Tala. Allí comienzan a descubrirse los verdes entrerrianos irradiados por la cuidada vegetación y la sutil interrupción del silencio con el trinar de los pájaros. Juegos infantiles completan la escena divirtiendo a los más chicos.
Museo Histórico
Ideado en 1964 por parte de un grupo de amigos que creyeron en la importancia de conservar elementos que narraran la historia del lugar, el museo fue inaugurado en 1965 en un local cedido por la Policía, hasta que en 1980 un aporte del gobierno provincial financió la construcción de su propio edificio.
Actualmente, el museo cuenta con dos plantas y un patio al aire libre, espacios donde ofrece muestras fotográficas, numismática, arqueología, religión, folklore, objetos cotidianos, herramientas, armas y una abultada hemeroteca.