Si existen alimentos que están íntimamente ligados a la celebración de la Semana Santa ellos son, sin ninguna duda, el pescado y los chocolates. Y se trata, además, una buena oportunidad para incorporarlos a la rutina alimentaria para el resto del año, por lo menos es lo que recomienda la Sociedad Argentina de Nutrición.
El pescado es uno de los alimentos más completos que existen y, salvo excepciones puntuales, es recomendable para todas las edades.
Es un alimento con un contenido relativamente bajo de calorías, un valor proteico alto y todos los aminoácidos esenciales necesarios para el desarrollo, crecimiento y mantenimiento corporal. De hecho, hasta la grasa que abunda en los pescados azules es considerada saludable, ya que protege el corazón y las arterias. Su carne también provee calcio, hierro, zinc, yodo, vitaminas A, D y E, además de varias del grupo B.
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"Las personas que consumen mucho pescado tienen una mayor esperanza de vida, por eso siempre es un buen momento para llevar la ingesta de pescado a una frecuencia saludable. Si las reuniones familiares de las pascuas sirven como un estímulo para empezar o aumentar su consumo, bienvenido sea", comenta Zulema Stolarza, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
La SAN recomienda comer pescado azul al menos dos veces por semana y, en casos de colesterol alto o alguna enfermedad cardiovascular, hasta cuatro veces semanales, en el marco de una dieta sana, variada y equilibrada. Fácil de digerir, sobre todo en el caso de los pescados blancos, es recomendado hasta en casos de gastritis, úlcera péptica, dispepsia o reflujo gastroesofágico.
En cuanto a los consejos para consumirlo de forma segura, la SAN señala la importancia de elegir el pescado por su frescura, que está determinada por el brillo y la firmeza de la carne. También hay que observar que el ojo esté lo más transparente posible y no opaco y nublado. Y si se va a consumir crudo, en vinagre, marinado o ahumado, congelar previamente durante 48 horas.
Es importante tener en cuenta que algunas personas tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades transmitidas por consumo de pescados o mariscos crudos o insuficientemente cocinados. Estos grupos susceptibles incluyen a las siguientes personas:
• Mujeres embarazadas.
• Niños pequeños.
• Adultos mayores.
• Personas con problemas del sistema inmunológico.
• Personas con acidez estomacal disminuida.
Este grupo de personas deben evitar además los pescados y mariscos ahumados refrigerados.