De la Gran Piñata combina el rock con el tango

Más de un rockero entrado en años ha confesado su gusto por el tango; de hecho no son pocos los que se animaron a grabar alguno. Los jóvenes músicos que integran De La Gran Piñata encontraron la fórmula para combinar aquellas melodías del 2 x 4 con la crudeza del hard rock y en El Equilibrio entre Los Opuestos, su tercer y reciente álbum, se percibe una mezcla adictiva desplegada a lo largo de trece canciones con una lírica que, en algunos casos, encajaría perfecto en el repertorio de algún tanguero y un sonido contundente, poblado de riffs explosivos y esa particular manera de cantar que tiene Darío "Pantera" Giuliano, una voz a la que es menester prestarle el oído por su originalidad, contundencia y versatilidad.

Grabado en directo con todos los músicos tocando al mismo tiempo junto al ingeniero Ariel Lavigna (tres veces ganador de un Grammy) y masterizado en EE.UU. por Joe Laporta (quien curiosamente trabajó con Foo Fighters, banda de la que DLGP parece nutrirse), El Equilibrio... es un disco que merece escucharse con el librito que trae las letras a mano, para no perderse detalle de su poesía.

 Tanto en los cortes más rockeros ("Tu Can", "Icaro", "Trincheras" (con un solo de guitarra que eriza la piel) y "Fiebre"); en aquellos con cierto toque pop ("De Bar en Peor" y "Lunar") y en esos temas con climas más opresivos (el temazo "La Urgencia" y "Requiem"), la lírica juega un papel tan importante como la estructura sonora.

La poesía de DLGP está lejos de la dicotomía amor-desamor y explora otros terrenos más profundos con frases como "No hay amor más egoísta/ que el que te promete el cielo" ("Blanco Fácil") donde sobresale aquello de la mixtura con el tango. Para oídos abiertos a un estilo que descree de la simpleza, en El Equilibrio Entre los Opuestos, DLGP logró una combinación que la rompe y, de hecho, su mejor trabajo desde que se formó, allá por 2004, en Berazategui.

Snoop Dogg rinde tributo

Snoop Dogg es un artista tan adaptable que en los últimos 20 años pasó del G-Funk de "Gin and Juice" a himnos clubbing como "Down 4 My N's" y al reggae de su alias Snoop Lion.

Su voz todoterreno se acomoda a cualquier truco de producción, aunque sus mejores trabajos fueron sus colaboraciones con los Neptunes.

El éxito de "Beautiful" consagró a Snoop, los Neptunes y Charlie Wilson como un team exitoso. En este Bush (Sony Music), Snoop cumplió su anhelado deseo de tener al lado a quien está en boca de todos más allá del Planeta Negro: Pharrell Williams.

Concebido como un homenaje al funk y al rhythm & blues de los '70, en Bush pueden descubrirse desde los gemidos familiares de armónica de Stevie Wonder ("California Roll") así como suaves instrumentales y letras que posicionan a Los Angeles como el ombligo del lujo y el vicio ("Nena podés ser una estrella de cine / conseguite una tarjeta médica, sí / porque así es como va el rollo en California"). "Awake", otra de las canciones, parece inspirada en Nile Rodgers y en "Peaches N Cream" el tridente Snoop/Pharrell/Wilson pisa el acelerador de un retro-funk infeccioso, de esos que siempre conviene tener a mano para sentirse bien.