La historia de Sebastián Blanco puede encuadrarse en lo descripto en el párrafo anterior y a casi diez años de sus inicios, en los que estudió canto y piano, "El Tiempo de las Máquinas" ya es una realidad.
En la previa al show que brindará en Samsung Studio el próximo 23 de junio, el músico repasó con Diario Popular sus orígenes, el desafío de producir su obra y revivió curiosas situaciones que atravesó en esta última década.
- ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el mundo de la música?
- Como a todo el mundo, me gustaba cantar sobre las canciones que escuchaba. Pero alrededor de los 15 años acompañé a mi hermana a su clase de canto –es musicoterapeuta- y me encantó. Así comencé a estudiar canto e inmediatamente piano. Dos años más tarde arranqué con la carrera de música y comencé con este proyecto.
- Te criaste en una familia llena de artistas ¿cómo repercutió en vos?
- Es una pregunta difícil de responder porque uno lo toma como normal al ser lo que ve desde chico. Sin dudas me ha servido mucho para ver la música sin prejuicios. En mi casa sonaba desde Led Zeppelin, Juan Carlos Baglietto y Pink Floyd y sin dudas uno de los legados más importantes con los que me crie era el de perseguir aquello por lo que uno se apasiona.
- ¿Cuál fue el papel de Lito Vitale en tu decisión de autoproducirte tu disco?
- Un día nos juntamos en un café con Lito para ver qué opinaba. Pero como vio que tenía claro los arreglos que quería hacer en el disco me terminó convenciendo para que lo haga. Estuve un año en el estudio produciéndolo. Fue un proceso agotador, que corría a la par con un sentimiento de mucha felicidad. No me arrepiento de nada de lo que hice en ese momento y di el cien por ciento y la devolución por suerte fue bárbara.
- ¿Cuál es tu definición musical de "El Tiempo de las Máquinas"?
- Sin dudas es muy ecléctico. Es muy funky soul, pero si una canción se va yendo para otro estilo, la dejo ser. En el disco se abre una paleta tímbrica muy copada al compartirlo con nueve cesionistas y logramos una excelente coherencia entre la letra, la voz y las melodías. Fue un gran desafío alcanzar esa coherencia.
- ¿Por qué elegiste hacer un cover de Los Beatles y que te llevó a seleccionar Come Together?
- Cuando arranqué con canto tenía una banda con mis amigos donde lo hacíamos. Al principio lo interpretábamos como cover. Recuerdo que una tarde estaba navegando en internet y vi que las diferentes bandas lo llevaban para un costado más rock, hasta que encontré a Jammie Cullum, un músico británico que le dedicó una interesante versión más jazzera y me encantó. Entonces decidí buscarle mi propia impronta y lo fui armando y me dio llevarlo para el lado del soul y me gusta mucho como quedó.
- El show va a demostrar todo el trabajo que venimos haciendo. Vamos a tener músicos de mucho prestigio invitados a los que admiro muchísimo ¡Y no sumamos a más gente porque no entramos en el escenario!, ya que vamos a tener por momentos más de 10 músicos en escena. El disco en vivo tiene más poder, más potencia. Y eso está bueno para ir a ver. El concierto está pensado para plasmar la idea del disco en vivo. Hay muchas ganas de mostrar el disco por todos los lugares donde se pueda.
- A lo largo de esta década junto a la música, ¿cuál fue la presentación más singular que realizaste?
- Tocamos en el aniversario de la muerte de un hombre. Algo que suena muy extraño, pero su familia, que sin dudas lo adoraba, realizó una fiesta. En un momento armaron un video con las fotos del difunto pero el audio que acompañaba a las imágenes dejó de funcionar y entonces le dieron rápido play al equipo de música y comenzó a sonar un tema re triste de Maná. Nosotros, que estábamos a metros del escenario, porque íbamos a tocar después de la proyección, no entendíamos nada. Pero por suerte al final la gente se re copó con nuestro show y la terminamos pasándola bastante bien.
- Por último, ¿cómo ves la influencia de las nuevas tecnologías en el mundo de la música?
- Se está en plena transición y se va generando de a poco un mundo nuevo. No todos tienen 130 mangos para comprar el disco y se va creando el escenario para abrirle la puerta a todo lo virtual y me parece bárbaro. El que no tiene la plata, ¿cómo accede? Ya no se instala como medio alternativo, sino como medio y punto. La cultura va cambiando y necesita su proceso. Amalgamando y democratizando y tiene que existir todo. La música tiene que estar al alcance de todos. El artista tiene que vivir, pero desde un tiempo a esta parte se ha ido tomando conciencia de que el laburo para solventar los gastos tiene que ver más con los shows en vivo y el disco tiene que estar lógicamente predispuesto a circular. Tener un disco en las manos es genial, pero siempre tiene que ser más importante la música y no deben existir limitantes.