“El fútbol es la vida misma dentro de una cancha, donde uno nunca puede triunfar solo y en el que necesita de algunos más para lograr los objetivos”, dice desde su espacio deportivo en Venezuela y Camino de Cintura.
De un tiempo para acá, el bolsito y el vestuario ya no es cuestión sólo de los varones. Hoy, las chicas se calzan los cortos para darle a la redonda en un picadito o en un partido oficial. El fútbol femenino ha avanzado y La Matanza es una de las principales cunas, que tiene, entre otros, a Adrián Romero, que desde su condición de entrenador ha levantado su bunker en Atalaya.'

Romero dirige a un grupo de chicas que entablaron un idilio con el fútbol. "Les pido que disfruten y aprendan. He visto muchas chicas con un enorme talento innato, pero que lo perfeccionan día a día con entrenamiento y técnica", destaca el DT matancero, de 23 años, afincado en Atalaya.

El entrenador siempre tuvo al fútbol a su lado, ya que proviene del mundo del fútbol femenino. Es que su madre, Susana Hernández, fue la primera en la familia en hacer fútbol femenino en Sol De Mayo de Villa Luzuriaga.

"Era arquera y luego mi hermana, Yamila, fue su suplente", cuenta. Por ello, para él "siempre fue algo normal ver una mujer jugar al fútbol. Que hagan una pared entre ellas, te da la pauta que saben de deportes. Y que esto suceda no quiere decir que sean un cachito, como se dice habitualmente en la calle", explica.

Escuelita de fútbol EFFAR

Lo cierto es que por iniciativa de las chicas, que le pidieron ayuda, el 1 de junio de 2015 nació la escuelita de fútbol EFFAR, ubicada en Venezuela 4170 y Camino de Cintura. Allí unas 25 chicas, cuyo promedio de edad es de 20 años, se entrenan los lunes desde las 22, jueves a las 20, en lo que respecta a lo recreativo, y sábado a las 19 en lo competitivo, mientras que los domingos son días de competencia.

Adrián Romero arrancó dando una mano, luego se armó un grupo y fue creciendo como técnico y las chicas como jugadoras. Claro que el amor por el fútbol representa la principal herramienta de trabajo del DT.

"El fútbol es la vida misma dentro de una cancha, en donde uno nunca puede triunfar solo, en donde se necesita de algunos más para lograr los objetivos", asegura Adrián y agrega: "No olvidemos que todo lo que hacemos en nuestras vidas siempre depende de alguien más. Por eso elijo el fútbol, por eso mi pasión por este deporte, porque nos enseña a ser mejores personas cada día si así nos lo proponemos. Y eso vale tanto para hombres como para mujeres".

El método: aprender enseñando

Y al referirse al fútbol femenino, el entrenador matancero deja escapar su pasión. "Es una gran alegría esta oportunidad que se me da, trato de aprovechar todos los entrenamientos no sólo para enseñar fútbol, sino para disfrutar la vida. Divertirnos, aprender, compartir momentos, son cosas que priorizo en cada entrenamiento. Creo que aprender enseñando es uno de los regalos más lindos que tiene la vida, y lo elijo día a día", señala.

Por último, el director técnico matancero subraya: "Al fútbol femenino lo hacemos entre todos, y esto recién arranca, pero no me pongo techos, de eso se trata, de llegar lo más lejos que uno pueda y entre todos".

Sin lugar a dudas, desde el trabajo cotidiano junto a las chicas, el partido lo van ganando por goleada.