Allí tienen lugar desde ayer las verificaciones técnico-administrativas, acompañadas por una gran concurrencia que ratifica la atracción despertada por el Dakar en nuestro país.
Por Tecnópolis pasan los 414 anotados como paso previo y obligatorio, a la largada simbólica que se llevará a cabo mañana desde las 15 en la rampa levantada en Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. El clima Dakar se acentúa en forma marcada a medida que han avanzado las horas, más aún desde las campanadas que indicaron el inicio de 2015. Y desde ya también, empiezan a despuntar particularidades y detalles algunos insólitos que van a sumarse a los que se sumen en las dos semanas de carrera entre Argentina, Bolivia y Chile para regresar a Tecnópolis donde tendrá lugar la coronación de los ganadores.
Argentinos ansiosos y optimistasLos argentinos entre ansiosos, con tremendas ganas y optimismo pese a saber la dureza del Dakar que aguarda a todos, despiertan como es de suponer, particular atracción y seguimiento. Y entre tantos hombres, una mujer, Alicia Andrea Reina. La sureña, corajuda, se le animó al Dakar en 2014 y se convirtió en la única argentina en dar la vuelta en la categoría Autos (llegó en un digno 60º puesto). "Me apasiona, quiero intentarlo una vez más y hacerlo mejor. Es un gran desafío", comentó la rionegrina oriunda de Catriel. No olvida "como viví con tanta felicidad haber llegado el año pasado, tanto que puedo decir que no lo padecí al Dakar".
Arriba de "La Ñata" como llama a su Toyota Hilux, navegada por Dante Pelayo, Alicia se preparó duro: "Se trabajó mucho en el vehículo, que entre otras cosas cuenta con una nueva suspensión y un motor 0 km. Estamos mejor que para la edición 2014, aunque eso no te garantiza nada", comenta La Negra apoyada a full por su marido Adrián. Subieron la apuesta, hicieron hincapié en un proyecto biprovincial con un equipo propio que tendrá gente de Río Negro y La Pampa.
"¿Con que carrera espero encontrarme? Imagino que será parecida a la anterior y habrá que ir día a día. Si es mejor, bienvenido sea; pero si ocurre lo contrario no quiero que me sorprenda nada. Ya viví el no dormir o llegar al campamento tarde y tener que volver a largar enseguida, comer mal y pasar por muchas situaciones adversas', recuerda.
"Mi vida después del Dakar cambió muchísimo -admite-. Me sorprendió todo lo que nos pasó, por ejemplo, nos llamaron para dar charlas en Viedma, Buenos Aires, Neuquén, Santa Rosa. Mucha gente nos alentó y motivó, y todo eso influyó también para seguir. El reconocimiento de mi pueblo, Catriel, fue increíble, pero no quiero ilusionarme más de la cuenta, lo que viene sabemos que es tremendamente difícil y queremos repetir y mejorar la historia".