Como archipiélagos sin continente, el boxeo argentino tiene proyectos de figuras diseminadas, pero condenadas a extinguirse en sí mismas si no se cruzan, o no se conquistan mutuamente para consolidarse. La primera prueba será este sábado, con el cruce Barrionuevo-Verón. Pero el triunfo de Juan José Velasco en USA del sábado pasado marcó una esperanza más, porque el jujeño declaró que quiere enfrentarse a los mejores. ¿Lo dejarán?

El dato frío es que el último finde, como única propuesta boxística sabatina, pelearon dos argentinos contra dos mexicanos en USA, televisado por TyC Sports. Uno ganó y el otro perdió, pese a que ambos eran favoritos.

Esa fue la solitaria referencia del boxeo casero en todo el país, que cuenta con 4 ciclos boxísticos mensuales. Es decir, más ciclos que veladas. Y cuando la oferta supera a la demanda, algo falla, especialmente si la demanda sigue insatisfecha. (NdeR: hubo una el viernes televisada por DXTV a 8 rounds, que mostró más miseria que abundancia).

Pasando en limpio, el sábado el jujeño Juan José “Pitbull” Velasco venció por KOT 9 al azteca Juan García Méndez en Nuevo México, USA, luego de derribarlo 3 veces. Y en la misma jornada, el bonaerense Román “220 voltios” Reynoso cayó en fallo dividido tras 8 asaltos, frente al mexicano José Osorio, a quien derribó en el 1º pero no le dio la nafa en la larga.

Velasco dio un paso adelante con un rival medio pelo, a quien pudo haber definido antes si pretende codearse con el máximo nivel, como dijo.

Reynoso defeccionó en su 4ª pelea en el extranjero, donde llevaba 2 victorias y 1 empate yendo de punto, a fuerza de batacazos. Ahora que lo hizo como favorito, fracasó, dando un batacazo pero al revés.

Esta es la media del boxeo argentino que busca llegar a la elite: cualquiera le puede ganar a cualquiera y perder con cualquiera, porque así fue creciendo esta camada, que osciló entre batacazos y aburguesamientos.

No obstante, Velasco marcha invicto como rentado, con 17-0-0, 10 KO, pero con 30 años de edad, tras haber pasado por Los Cóndores en la WSB de la AIBA, terreno en el que perdió casi todas.

Cierto es que allí combatió en 73 kg, es decir, en mediano, y luego en superwelter (69), bancándose lo mejor del amateurismo de los países potencia, donde abundan rusos y europeos del Este, poderosos en esas divisiones.

El sábado pasado peleó en 63,500, y ganó el título latino superligero del CMB vacante. Con 10 kilos menos.

Pero Velasco como profesional peleó siempre en welter -salvo raras excepciones-, y pareciera ser esa la categoría que mejor le cuadra, ya que pese a su victoria, el sábado se lo vio falto de potencia, proyectándolo al nivel internacional al que aspira.

Es que después del combate, ante los micrófonos gringos, el jujeño dijo algo que sonó a música para el espectador de estas tierras. Y lo repitió con convicción: “quiero pelear contra los mejores”.

Pucha si tiene para empezar en nuestro país.

Sin ir más lejos, en su propia escudería -que maneja Sampson Lewkowicz-, está el propio Miguel “La Joya” Barrionuevo, el campeón argentino welter, que este sábado defenderá su cetro ante Adrián “Chucky” Verón, en la pelea más esperada del boxeo argentino en el año. Y por carácter transitivo, también tiene al propio Verón.

La Joya es además campeón latino interino del CMB en welter, así que bien podría eso ser una tentación extra para Velasco: conquistar el mismo cetro en dos categorías contiguas.

Está el bonaerense Alberto Palmetta, ex olímpico en Río, un welter que a veces da superwelter –aunque es chico allí-, y que también pertenece al equipo de Sampson. ¿Cruzará éste a sus pupilos para que crezcan dentro del boxeo local, y consolidar a su mejor figura de cara a lo internacional?

Palmetta y Velasco coincidieron en Los Cóndores y en la misma división, sólo que el jujeño emigró antes por su edad, y quizás por sus magros resultados. Hoy está arriba de Palmetta, quien cumplió su objetivo amateur de entrar a un JJOO. ¿Habrá crecido más también en lo boxístico? Sería bueno probarlo.

A la vez están los púgiles de otros promotores, como Fabián “TNT” Maidana, los hermanos Castaño, Alan –que es welter- y el propio Brian, que es el campeón mundial interino superwelter AMB y bien podría hacer una defensa optativa aquí contra Velasco, ahora que TyC Sports está dispuesto a apoyar económicamente este tipo de peleas. ¿Se animará la gente del Team Maidana?

También está el cordobés Emanuel Peralta, otro del staff de Sampson, que tras su resonante victoria del año pasado frente a Robert Guerrero luego se aburguesó y perdió, en sintonía con la máxima de los púgiles argentinos de estos tiempos, que ganan y pierden contra cualquiera.

Y ni hablar de La Joya Chaves, otro que oscila entre welter y superwelter y que está para grandes ligas buscando recuperar terreno.

¿Podrá Velasco medirse contra alguno de ellos, o simplemente habló de enfrentar a los mejores pensando sólo en una pelea de título mundial directa, sin escalera previa?

Hay una incógnita más por develar, que es la más importante: ¿está el boxeo argentino -con sus dirigentes y promotores- dispuesto a este cambio de mentalidad, donde en vez de amontonar cornalitos quieran ir en busca de la pesca mayor, sacrificando un metro para luego avanzar un kilómetro?

Porque decir “los mejores” es hablar de éstos. De lo contrario tendríamos que pensar en los Terence Crawford, Viktor Postol, Manny Pacquiao, Keith Thurman, Shawn Porter, Danny García, Lamont Peterson, Errol Spence Jr, Kell Brook, etc. ¿Y se está preparado para ir directamente hacia ellos sin chapa previa?

Pero más allá de Velasco, o de la pelea Barrionuevo-Verón, y del Team Maidana, hay otra gran deuda en el boxeo argentino actual, que es el paso al profesionalismo de la última camada de la AIBA, como Yamil Peralta, Alberto Melián y Leandro Blanc, que aún están en el limbo, porque el resto ya ha debutado. ¿Qué esperan estos?

A cualquier pantalla y a cualquier promotor les encantaría tenerlos. Tanto uno como otro vencerían a cualquier profesional consolidado que ande suelto por acá. ¿Por qué justo ellos, que eran los máximos referentes del semillero, no pelean?

La importante beca mensual que cobran del ENARD, por sus diplomas olímpicos conseguidos en Río, no les impide subirse a un ring. Al contrario. Debería ser una exigencia, y un estímulo extra.

Y si por su relación con AIBA, mientras dure la beca (2 años), no pueden firmar contrato con un promotor, que lo hagan en forma independiente, al mejor postor, y que pasado ese tiempo elijan. Pero ni ellos ni el boxeo argentino pueden darse el lujo de seguir desperdiciando a los líderes de esa camada, que estuvieron fuera de la base durante dos períodos olímpicos.

Con ellos se completaría el cuadro y rellenarían los huecos. Sería la inyección faltante para que el boxeo interno no siga rengo como hasta ahora, que es tiempo de recuperarse. Y ver si el conjunto de mojarras se puede transformar en ballena, o quedan como plato light para los hambrientos.

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