El viernes pasado, en un título argentino se aplicó el VAR en la pelea Lovera-Mansilla. Pero la falta de costumbre hizo que se cometieran errores.

Transcurría el primer round de la pelea entre Ramón “Monzón” Lovera y Rolando Wenceslao Mansilla por el título argentino supermediano el viernes por la noche en Hurlingham, cuando un cabezazo de Mansilla que ni siquiera dejó una marca, le impidió a Lovera seguir boxeando por alegar falta de visión y mareo ante el médico de turno que lo revisó.

El árbitro Antonio Zaragoza no tuvo más remedio que aplicar el reglamento y descalificar a quien cometió la infracción, no importa si en forma intencional o no –como se quejaba Mansilla, desconocedor total del deporte que practica-, pero antes, para asegurarse bien, futbolizados todos por el nuevo mundo del VAR, decidió usar una herramienta que el reglamento argentino de boxeo tiene desde 2001 y que hasta este momento los árbitros se resistían a usar por orgullo, para no reconocer que no pudieron ver con claridad las acciones.

Y así como Mansilla discutía su inocencia sin conocer las reglas, Zaragoza aportó lo suyo. Como el monitor –vaya a saberse por qué razones incomprensibles de la organización- estaba alejado del ring, Zaragoza pidió permiso al fiscal (que lo autorizó, también desconociendo las reglas) y se bajó del ring, algo que no puede hacer, para ver la repetición por TV.

Así como nadie puede subirse al cuadrilátero, tampoco nadie puede bajarse, y menos el árbitro. ¿Qué pasaba si alguien lo agredía o amenazaba? Tampoco puede hablar con nadie -como hizo-, para que no lo presionen las localías peligrosas, o sin querer las opiniones de los periodistas, con quienes intercambió palabras, aunque el breve diálogo no haya influido en lo absoluto. Pero no se puede, para evitar que alguna vez suceda.

Por si acaso se quiera refrescar la regla 09.45 del Reglamento de Boxeo Argentino (RBA), acá está, para comenzar a aplicarla como corresponde:

09.45 EL ARBITRO PODRA EN CASO DE DUDA O POR NO HABER VISTO UNA ACCION QUE HAYA DETERMINADO EL FINAL DEL COMBATE, HACER USO DE LA PANTALLA MONITOR UTILIZADA POR LA T.V, SIEMPRE QUE. a) EL COMBATE NO PUEDA CONTINUAR. b) LA PANTALLA MONITOR SE ENCUENTRE AL BORDE DEL RING Y PERMITA AL ARBITRO VERLA. c) EL MEDIO QUE REALICE LA TRANSMISION PRESTE COLABORACION Y REITERE POR IMAGEN LA ACCION.

No es tan difícil. No pasó nada grave, pero esto demuestra que el reglamento no se lee, no se repasa, se olvida o se subestima, y allí es cuando comienzan las complicaciones.

Alguien tiene que tener la función de saberlo en toda su extensión, e incluso la prensa especializada de custodiarlo celosamente, y de última plantear correcciones o perfecciones en caso de que deba aggiornarse.

Luego Zaragoza tomó la decisión correcta, porque hubo cabezazo, hubo culpa, hubo infracción que determinó la imposibilidad de continuar el combate de uno de los dos (puede ser el mismo que cometió la falta). La duda imposible de verificar es si realmente Lovera estaba mal, como decía. Pero tampoco eso puede determinarlo el boxeador por sí mismo, como se dijo, porque en ese caso sería KOT en su contra.

Eso sí, jamás se mide la intencionalidad. En el fútbol, si uno le mete una patada a un rival dentro del área, aunque sea sin querer es penal, y eso al menos Mansilla seguramente lo sabe aunque no haya jugado nunca al fútbol, ya que desconoce las reglas básicas del boxeo que practica.

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